El fin de semana pasado estuvo marcado por dos sonados casos que confirmaron la facilidad con la que el crimen organizado desafía al Estado mexicano y sus corporaciones castrenses y policiales, para seguir ampliando sus zonas de dominio por un lado, y por otro sometiendo a grupos rivales para buscar la hegemonía delincuencial haciendo de los espacios públicos sus campos de batalla.Empecemos con el narco-rapto de la alcaldesa panista del municipio de Cotija, Michoacán, Yolanda Sánchez Figueroa, que se dio la tarde noche del sábado en el municipio de Zapopan.Aunque la privación ilegal de la libertad no se dio en el famoso centro comercial que opera en la conocida como Zona Dorada zapopana, en el que se han registrado sonoros hechos violentos, este nuevo episodio delictivo convirtió nuevamente en nota nacional ese complejo del que salió en un taxi de plataforma la presidenta municipal, junto dos de sus colaboradoras, antes de ser plagiada.Además de los ataques que en abril pasado hicieron grupos del crimen organizado a la presidencia municipal de aquel municipio michoacano, en el que murieron dos policías en abril pasado, y por lo que la alcaldesa pidió licencia un par de semanas, el líder nacional del PAN, Marko Córtes, reveló que la propia edil ya le había confiado querer renunciar por las presiones y amenazas recibidas del narco para que les cediera espacios de poder en el Ayuntamiento.Este hecho vuelve a exhibir también las debilidades policiales tanto en Jalisco como en Michoacán. El rapto en la transitada Avenida Patria pone en evidencia de nueva cuenta la facilidad con la que transitan hombres armados a las órdenes de las mafias en la zona metropolitana, sin que los sistemas de videovigilancia disparen acciones policiales para su detención; mientras que las amenazas a la alcaldesa hablan de que continúa la disputa entre el cártel Nueva Generación y el grupo Pájaros Sierra, ligados al cártel de Sinaloa, en la zona de Cotija, que colinda con Jalisco, por la zona de Mazamitla, que fue escenario, por ese mismo conflicto, de fuertes enfrentamientos a principios de año. Además de este “levantón” en Zapopan, el sábado se registró la narco-caravana de sicarios del cártel de Sinaloa, en la que recibieron aplausos y vítores de los pobladores de los municipios chiapanecos de Frontera Comalpa y San Gregorio Chamic, que colindan con el país de Guatemala. Ahí lo grave fue que los habitantes atribuyeron la recuperación de las carreteras bloqueadas por el cartel Nueva Generación y que habían paralizado la economía de esa zona, a la llegada del cártel Sinaloa y no a las autoridades, que brillan por su ausencia en esa región, que como muchas otras en el País, están sometidas y bajo el control del crimen organizado. Aunque en las mañaneras el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo minimice y denuncie que es amarillismo de los demonios del conservadurismo para afectar a su Gobierno.jbarrera4r@gmail.com
