Viernes, 29 de Noviembre 2024

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Debates sobre economía y política

Por: Luis Ernesto Salomón

Debates sobre economía y política

Debates sobre economía y política

Los pronósticos en materia económica o política se han vuelto cada vez más inciertos. Hace algunos días en el New York Times apareció una pieza muy reveladora de este hecho, se titulaba “Me equivoqué”, y en ella se daba cuenta de la opinión de cuatro personalidades tan reconocidas como Paul Krugman quién admitía que su visión había sido errada al considerar que la inflación no sería tan alta como lo es ahora no solamente en Estados Unidos sino en el Mundo. Parte de su explicación considera que “Gran parte del aumento de la inflación, aunque no todo, parece reflejar las disrupciones relacionadas con la pandemia”. 

“El miedo a la infección y los cambios en la forma en que vivimos provocaron alteraciones importantes en la combinación de gastos: la gente gastó menos dinero en servicios y más en bienes, lo que provocó escasez de contenedores de transporte, sobrecargó la capacidad portuaria, etcétera. Estas disrupciones ayudan a explicar la razón por la cual la inflación aumentó en muchos países, no sólo en Estados Unidos”, dice Krugman.

Pero al final se equivocó. Por otra parte, David Brooks, otro reconocido analista económico, también reconoce la fragilidad de asumir visiones hacia el futuro al reconocer: “La realidad ha cambiado, pero mis esquemas mentales se quedan intactos. Peor aún, me impiden ver el cambio que ya está en marcha, es lo que los expertos llaman ceguera conceptual. Intento abordar los problemas de un periodo mediante los esquemas del periodo anterior”. 

Dice que vio las cosas, pero nos las observó porque “hay ocasiones en la vida en las que debes apegarte a tu cosmovisión y defenderla contra toda crítica. Pero hay otras en las que el mundo de verdad es distinto a como solía ser.  En esos momentos, las habilidades más cruciales son las que nadie te enseña: cómo reorganizar tu mente y ver con ojos nuevos”. Y ese es el reto al que nos enfrentamos no solamente ante las realidades económicas sino también ante las políticas: sin duda la valoración de la inconformidad, la indignación y la movilización ha cambiado profundamente y los movimientos sociales son ahora mucho más rápidos y fluyen como líquidos que se agitan en un recipiente. 

En años recientes los procesos electorales muestran como la forma de leer a las comunidades es totalmente distinta a la luz de las realidades digitales y los sentimientos compartidos por la gente. Esto ha producido el ascenso de nuevos liderazgos que hasta hace poco se consideraban inviables. 

En otro debate sostenido entre Jason Furman de Harvard y James K. Galbraith publicado en el sitio www.project-syndicate.org se muestra cómo dos estudiosos de la economía argumentan en favor y en contra de la receta de subir las tasas de interés como medida para contener la inflación. 

Lo que tienen en común estos análisis es, otra vez, el reconocimiento de que la realidad va por delante de los esquemas de análisis y que los hechos no pueden ser explicados solamente a partir de la historia sino que en realidad vivimos un cambio de era en la economía y la política en el mundo.

En México vivimos esa realidad que no se parece a nada de lo que podíamos explicar recurriendo a los precedentes conocidos. Por una parte en la economía dependemos de estos cambios globales incluida la guerra, las tensiones geopolíticas y las disrupciones en suministros que al mismo tiempo afectan a la economía global y abren algunas oportunidades para la nuestra. 

La inflación prevista para Estados Unidos ronda el 10%, en el Reino Unido se anuncia un 13%, mientras que aquí batallamos con alzas sostenidas que rondan los dos dígitos. Nada indica que eso vaya a cambiar pronto y no sabemos cómo esta realidad afectará a la política dentro y fuera de México.

Lo que sí sabemos es que es hora de ver con ojos nuevos y dejar de lado esa ceguera conceptual de la que habla David Brooks, más que nunca está vigente un dicho que una amiga recién fallecida decía “Ya se acabó lo que entendía”. 

Para comprender la nueva realidad es necesario reinventar las visiones, dejando de lado los prejuicios y las deformaciones que impiden ver el verdadero alcance de un cambio en la forma de vivir y de pensar.

luisernestosalomon@gmail.com

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