No acostumbro utilizar este espacio en EL INFORMADOR para hacer comentarios personales.Hoy lo haré.Me siento en la necesidad de rendirle homenaje a una pariente muy cercana.Hace apenas unos días concluyó su primera carrera de maratón y lo hizo en París, Francia.No fue fácil.Sin ser corredora, hace aproximadamente dos años se puso el objetivo de hacerlo y desde entonces se preparó como pocos para lograrlo.Sacrificó actividades, vida social y como en tantos entrenamientos hubo días en que tuvo que descansar por una lesión o por agotamiento.Y no cesó.En ella aplicó aquello de “Mientras tú dormías yo entrenaba”, porque se levantaba muy temprano para ir a hacer su rutina.Jamás abandonó su labor profesional porque es una talentosa y calificada sicóloga que gracias a su empatía se ha convertido en un auténtico fenómeno en Instagram al tocar temas de relaciones de pareja y sexualidad.Lo realmente particular de esta joven (hoy maratonista) es que ella nació muy pequeñita, tiene un hermano gemelo y entre los dos apenas alcanzaron el peso de un bebé normal.Además, ella nació con un soplo al corazón por lo que sus primeros años no fueron fáciles.Se cansaba más que sus hermanos en actividades cotidianas y era muy común que a la primera provocación se quedara dormida en el automóvil.Al verla ahora entrenar y a pesar de que un cardiólogo la dio de alta del soplo hace años siempre tuvimos el temor de que hubiera algún problema derivado del soplo.Obviamente y sin decírselo a ella el día del maratón había nerviosismo entre nosotros; en el entrenamiento había corrido grandes distancias, incluido un medio maratón, pero nunca el esfuerzo de correr los poco más de 42 kilómetros y con la diferencia horaria entre México y Europa.Ella se había propuesto hacer el esfuerzo arropada por un grupo de amigas y excelentes corredoras e inspirada un poco por su papá que hace treinta años también corrió un maratón sin dejar de atender las labores profesionales y a los hijos.Al final el entrenamiento rindió frutos.A pesar de que el día del maratón hacía mucho frío en París ella hizo una gran carrera y llegó a la meta entera, feliz y radiante.Hizo una gran maratón.Nos recordó aquella frase: “Si eres capaz de correr un maratón eres capaz de cualquier cosa”.Qué honor y qué orgullo.Felicidades a mi hija Eva.platapi@hotmail.com