Recibimos marzo de 2021 con muy malas nuevas en Jalisco: el homicidio artero de 11 personas en Tonalá (los hechos ocurrieron el sábado 27 de febrero). Ningún hecho violento, y mucho menos si culmina con la muerte de una o varias personas, puede tener justificación, pero en este caso, por tratarse de trabajadores de la construcción de la condición más humilde, resultó excesivamente irrazonable, sorprendentemente absurdo.¿Qué motivos pudieron tener el o los agresores? Es un cuestionamiento abierto.Sin embargo, en esta Palestra 20 propongo dejar de lado el evento de inseguridad en sí mismo. Observemos las reacciones que proyectaron las autoridades, no porque modifiquen el resultado de la tragedia ni porque contribuyan a que se haga justicia, sino porque eso marca la misma línea de impunidad que hemos visto y experimentado desde hace años mientras los sucesos violentos crecen y se normalizan.Primero el presidente municipal de Tonalá, Juan Antonio González.Publicó en sus redes sociales que la matanza de 11 personas (y hay dos más heridas de gravedad) en el municipio, es una expresión del tejido social descompuesto. ¿Faltaba esa explicación? No. Lo que se hubiese esperado de él era una estrategia, un paquete de propuestas de solución o modificaciones, porque los testimonios de habitantes de la zona (La Jauja) señalan que la inseguridad y la presencia de personas que se organizan para delinquir es añeja, no una novedad.Pero el alcalde perdió la oportunidad. Nadie hubiera esperado de él que se ajustara un chaleco antibalas y se trepara en una patrulla para hacer rondines y responder a balazos cualquier agresión, no. Pero como autoridad local sí podría acercarse a los vecinos, reforzar los lazos sociales y encabezar iniciativas para recuperar los espacios que antes fueron públicos y que hoy se convierten en la propiedad de quienes deciden vivir fuera de la ley.¿Y el gobierno estatal?El gobernador Enrique Alfaro reaccionó también en sus espacios de redes sociales. Condenó los hechos, los calificó como dolorosos e indignantes (no podía ser de otra manera) y acusó al gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, pues a éste le corresponde enfrentar y combatir el crimen organizado.En otras palabras: trasladó la responsabilidad al siguiente nivel de gobierno.El punto se le planteó al presidente López Obrador en su rueda de prensa mañanera. Ahí, en Palacio Nacional, el mandatario recordó que ya se había reunido con Enrique Alfaro algo así como un mes atrás y ya se había determinado que aumentaría la presencia de elementos de la Guardia Nacional y del Ejército, y como los 11 muertos de Tonalá no eran ni famosos ni influyentes, diluyó “el problema” como un fenómeno de violencia que ocurre en la región: Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas… Y concluido.La lectura inmediata para los dolientes de esos muertos, y para quienes viven en la zona, y para los que en el Área Conurbada de Guadalajara atestiguan todos los días los asesinatos (poco más de 6 en promedio diario), es que no habrá ningún cambio de fondo.Las autoridades evaden y sólo queda esperar la siguiente masacre. jonasn80@gmail.com / @JonasJAL
