Desde luego que lo deseable sería que la detención del número dos del Cártel Nueva Generación (CNG), Antonio Oseguera Cervantes, mejor conocido como “Tony Montana” por su fascinación por el desalmado capo que protagonizó el actor Al Pacino en la película Cara cortada (Scarface), hubiera estado antecedida por toda una estrategia contra el crimen organizado reflejada en detenciones sistemáticas de estos generadores de violencia. Que esas aprehensiones hubieran, además, contribuido a hacer realidad la incumplida promesa que han hecho los últimos tres presidentes, incluido Andrés Manuel López Obrador, de pacificar al país.Es evidente que eso no ha pasado, que el poder corruptor y de fuego del narco en México tiene en jaque al país y que la detención del hermano de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, obedeció más a una enérgica respuesta de las altas esferas de las milicias mexicanas, luego de que en menos de un mes culparon a este grupo delincuencial, considerado entre los más poderosos nacional y mundialmente, de asesinar el pasado 24 de noviembre al coordinador de la Guardia Nacional en Zacatecas, el general José Silvestre Urzúa Padilla, y del secuestro que sufrió José Isidro Grimaldo Muñoz, coronel de Caballería Diplomado de Estado Mayor y comandante del 16/o Regimiento de Caballería Motorizado con sede en Nuevo Laredo, Tamaulipas, cuando vacacionaba en Jalisco, y del que aún no se sabe su paradero.Esta realidad ha provocado, como pasa siempre, trascendidos de lo que estuvo detrás de esta operación militar y hasta chascarrillos contra el Presidente, que no se ha caracterizado por ser tan enjundioso contra los mafiosos del crimen organizado, como sí lo ha sido en su guerra sin cuartel contra los periodistas incómodos, incluso con quien ha sobrevivido a un atentado en su contra, como pasó hace una semana a Ciro Gómez Leyva.De entrada, la incógnita es hasta qué grado el Presidente, como jefe máximo del Ejército, fue enterado del operativo de detención de “Tony Montana” (que por cierto ignoró en su mañanera de ayer), luego de la irritación causada por estas afrentas del CNG y por las diferencias que, trascendieron, hubo entre el Ejército y el Presidente por el Caso Ayotzinapa y las detenciones de militares.La broma fue que al menos esta ocasión el Presidente no ordenó la liberación de “Tony Montana” como hizo en el “Culiacanazo” el 17 de octubre del 2019 con Ovidio Guzmán, hijo del capo encarcelado en Estados Unidos, Joaquín “El Chapo” Guzmán, luego de un operativo fallido del Ejército Mexicano que se vio superado por las milicias del Cártel de Sinaloa. Para bien de los jaliscienses y de los mexicanos, algo pasó esta vez que el operativo fue exitoso, no hubo narcobloqueos ni otras agresiones a la población civil y ayer Antonio Oseguera seguía detenido y declarando ante la Fiscalía General de la República. Habrá que ver si esta vez logran sentenciarlo o un juez los obliga a liberarlo como ya pasó en el 2015. jbarrera4r@gmail.com