En los inicios de la campaña presidencial de 2016 Donald Trump arremetió en contra de los mexicanos y tomó como bandera el tema, prometiendo construir un muro fronterizo -que nunca hizo- y señalando que de México "Nos mandan gente con un montón de problemas, que nos traen drogas, crimen, violadores". Afirmaciones muy lamentables y que nos calaron hondo en el orgullo. Muchos meses después, en julio del 2020, el presidente Andres Manuel Lopez Obrador (AMLO) realiza su primera gira por el extranjero y llega a Washington para reunirse con Trump en la Casa Blanca.Una visita con un doble mensaje. Un cálculo electoral por parte de Trump de recibir a su vecino como un argumento de apoyo a su campaña para buscar la reelección mediante el apoyo latino, y de Lopez Obrador, a pesar de los insultos, ofensas y amenazas, de darle el espaldarazo a su colega populista y hacer ‘oídos sordos’ a las vociferaciones. Situación -la visita- que provocó extrañamiento de varios sectores y comentarios como acto de “sumisión” por parte de muchos analistas. En aquel entonces el exembajador Bernardo Sepulveda comentó que el viaje es "altamente inconveniente para más el interés nacional" debido a los "efectos políticos negativos" que habrá en ambos países y que serán "perdurables".Llegan los comicios presidenciales de Noviembre, Trump pierde la elección y Biden se convierte en el presidente de Estados Unidos. De todas partes del mundo llegan las felicitaciones al nuevo mandatario, excepto de algunos países, entre ellos México. AMLO dice que la controversia electoral que había en algunos estados respecto al resultado final y decide no emitir comentarios o felicitaciones. “Tenemos muy buena relación con Trump, que ha sido de respeto y no tenemos problemas con el candidato demócrata Biden. Esperemos que las autoridades resuelvan. No vamos a actuar con imprudencia porque no somos jueces”.Hoy, que estamos en la antesala de la visita -próxima semana- de la vicepresidenta Kamala Harris, surgen algunas voces que manifiestan su extrañamiento a sea que ella y no el Presidente quien haga el viaje oficial para tratar el problema más mediato entre ambos países que es el de los migrantes centroamericanos. Algunos dicen que es una descortesía y otros que se trata de una grosería.Una conclusión lógica -sobre que sea la vicepresidenta- podría ser que Biden le ha encargado especialmente a Harris que sea quien encabece el análisis y posible solución al problema migratorio -no sólo para México- para Centroamérica. La otra, que podría ser complemento de la primera, es que Biden está enviando una respuesta directa a AMLO en reciprocidad al apoyo a Trump en la campaña presidencial y en ser uno de los últimos mandatarios en felicitarlo por su triunfo electoral. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net