La vida de millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos no ha sido fácil. Se enfrentan a los abusos propios de una condición de debilidad, mal pagados, con miedo a ser deportados. Así han crecido miles de familias sobreponiéndose a las adversidades durante años.Ahora la vida muchos de ellos pende del hilo de la justicia. El viernes pasado el juez del distrito de Houston, Texas, Andrew S. Hanen, dictó una resolución que considera al Programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA por sus siglas en inglés, como expedido ilegalmente en 2012.La historia comenzó cuando Obama creó el programa para proteger a estos jóvenes inmigrantes, conocidos como Dreamers, después de que su proyecto de ley homónimo, Dream Act, que les habría proporcionado un camino hacia la ciudadanía, no logró aprobarse en el Congreso en 2010. Entonces se dispuso que para calificar para el programa, los solicitantes debieron haber ingresado a los Estados Unidos antes de los 16 años, vivido allá continuamente desde junio de 2007, terminar la escuela secundaria o alistarse en el Ejército y tener antecedentes penales limpios.Ahora aproximadamente 250 mil niños nacidos allá tienen al menos un padre que está inscrito en DACA, y alrededor de 1.5 millones de personas en el país vecino viven con un beneficiario del programa.La polémica por gasto público en estas personas llevó a que un grupo de estados liderados por Texas demandaran judicialmente la ilegalidad del programa. Aunque la resolución emitida la semana anterior deja a salvo los derechos de los beneficiarios del programa ordenando al Gobierno no deportarlos o sancionarlos por el momento, es una amenaza enorme que aumenta la tensión a las familias mexicanas.Las autoridades pueden seguir aceptando nuevas solicitudes, pero temporalmente tiene prohibido aprobarlas, dictaminó el juez.De esta forma los inscritos en el programa, la mayoría de los cuales fueron llevados a los Estados Unidos cuando eran niños, por ahora conservarán la capacidad de quedarse y trabajar, aunque esas protecciones podrían terminar si el Gobierno no rectificara las deficiencias legales.Quienes defienden DACA, con la administración Biden a la cabeza, cuentan con un amplio respaldo popular, de más del 70% de los ciudadanos quienes apoyan dar un camino a la ciudadanía a los dreamers. Además de que las grandes empresas tecnológicas también respaldan decididamente el programa y una posible reforma migratoria.El asunto es relevante para México y es una muestra más de cómo, cada vez más, las decisiones judiciales internas impactan a ambas naciones.Y aunque la agenda del presidente Biden respalda los derechos de los migrantes, es clara la oposición de los sectores más conservadores, como quienes ahora se desempeñan en el Gobierno del Estado de Texas.La tensión política interna entre demócratas y republicanos va en aumento de cara a las elecciones intermedias y la política migratoria y las relaciones con México se convierten en tema central de la agenda en los estados fronterizos.Ante esto, la defensa de los derechos de los mexicanos radicados en Estados Unidos es una de las tareas más valiosas de la diplomacia mexicana en Estados Unidos.La migración debe ser motivo para acercar las posiciones de los grupos y gobiernos más progresistas de ambos lados de la frontera.Muchos de quienes huyeron por temor a la violencia aquí, ahora tienen la amenaza de perder sus derechos allá, y ante eso hay que estar atentos y levantar la voz.luisernestosalomon@gmail.com