Pues terminaron las Olimpiadas en París, con una general desilusión porque al aficionado, o a muchos de ellos, les parecieron pocas medallas, pero hasta en eso hay opiniones; en lo que sí parece haber uniformidad es en el rechazo hacia Ana Guevara, pues afirman que a ella sí le llegó el oro para su bolsa. Respecto al rechazo contra la funcionaria y lo que se supone son sus avances al presupuesto, no sabemos si ella se los avanzó o sus jefes le pidieron billetes para campañas, o alguna otra devoción que no conozco.En fin, a mí ni me gustan ni sigo los Juegos porque, en general, me parecen discriminatorios con las mujeres, las que, sin contar los deportes hípicos y los de arco -que esos sí son parejos-, juegan y compiten al mismo tiempo damas contra caballeros y yeguas contra caballos machos, y como resultado a veces ganan unos y a veces ganan otros, pero siempre como lo que son: atletas, sin calificativos; en todos los demás casos, las chicas no se juntan ni califican contra los varones, concursan damas contra damas y caballeros contra caballeros, sin que eso obste para que en muchos casos acusen a varones de pretender ser damas, pero por eso, salvo el caso del hipismo, no me interesan los Juegos.La excusa que se da o, si usted quiere, la justificación, es la diferencia de fuerzas, pero eso no está presente, por ejemplo, en clavados, donde sí podrían competir parejos sin problema.Además de que considero que tal vez no han incluido deportes o prácticas nacionales, como un concurso de rayuela con gargajos -con y sin mocasín-, en el que sí podríamos competir parejos, sin límite de edad y no se requieren ni grandes inversiones ni gastos de mantenimiento; cuando mucho se necesitará un gis para pintar una raya en el suelo y ponerse a resollar hondo.Otra, ésta sí más costosa pero socialmente más útil, sería el “busing”, que consiste en reintegrar a los antiguos choferes y camiones de la desaparecida línea conocida por la raza como la “sexo ochenta”, y en ellos el atleta se ataría a la defensa delantera y circularía ese día, y entonces sabríamos cuánta adrenalina capta cada atleta, y rescataríamos a choferes y camiones desplazados.Otro deporte a proponer sería el “fast running”, que consiste en que a cierta hora del día, cuando el tráfico está más pesado, pares frente a una caseta de policía y les mientes la madre (una tía decía que en mentadas de madre, a las ocho de la noche ya andamos parejeando todos), por lo que no se altera la vida, pero de seguro saldrán a perseguirte corriendo, mientras tú corres y sabes que no pueden alcanzarte porque, de caer en sus manos, sabrás lo de “Dios es Cristo” y terminarás muy probablemente con una macana integrada permanentemente en salva sea la parte de tu humanidad, con lo que habrá triunfadores y derrotados.