Así como el pez muere por la boca, la legitimidad política del gobernador Enrique Alfaro Ramírez está muriendo por sus antiguas declaraciones o mensajes en Twitter. Apenas anunció el miércoles 24 de julio el incremento de 35 por ciento a la tarifa del transporte púbico, comenzaron a replicarse en redes los mensajes y videos en los que el ahora gobernador cuestionó a su antecesor Aristóteles Sandoval Díaz, por pretender aumentar el servicio del transporte.Hay un tuit del 18 de diciembre de 2015 en el que Enrique Alfaro, entonces presidente de Guadalajara, se manifestó en contra del aumento anunciado por el Gobierno priista de Aristóteles Sandoval: “Creemos que la solución a los problemas del transporte público no es el aumento de la tarifa”.No fue la única ocasión en que el político de Alianza Ciudadana y Movimiento Ciudadano cuestionaba las decisiones de incrementar la tarifa a este servicio. Circula un video en el que aparece Enrique Alfaro encabezando una protesta afuera de la Secretaría de Movilidad donde califica el incremento anunciado por el Gobierno como una “cuchillada a los ciudadanos”.Mejor expresión no puede encontrarse ahora para calificar la decisión del actual Gobierno de incrementar la tarifa del transporte de 7 pesos a 9.50 pesos por pasaje. El aumento es de más de 35 por ciento, pero ya muchos han advertido que el aumento será mayor pues la mayoría de las alcancías instaladas en las unidades del transporte público no dan cambio, por lo que miles de usuarios terminan pagando 10 pesos, lo que implica un aumento de 42.8 por ciento.Sin lugar a dudas, es una “cuchillada” a los usuarios y para cientos de miles de familias que tienen ingresos mensuales mínimos.Según datos ofrecidos por el presidente de la FEU, Jesús Medina, 48 por ciento de los usuarios del transporte público ganan hasta cinco mil pesos al mes. La canasta básica en la Zona Metropolitana de Guadalajara cuesta, según el investigador de la UdeG Héctor del Toro, 10,925. Pero esa es solamente una canasta alimentaria que no incluye el pago de servicios como el transporte público.A escala federal, según datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares, siete de cada 10 trabajadores perciben menos de uno y hasta tres salarios mínimos, entre tres mil y nueve mil pesos mensuales, lo que los coloca por debajo de la línea de línea de pobreza por ingresos que es de 12 mil pesos mensuales.Estos datos escuetos refuerzan la idea de que el incremento a la tarifa de transporte público será un duro golpe para las familias más pobres de la Entidad. Es sencillamente una cuchillada a la población más necesitada.Como era de esperarse, el rechazo ha sido generalizado. Con excepción del propio Gobierno, de políticos de Movimiento Ciudadano y empresarios del transporte, la mayoría de usuarios y organizaciones sociales han cuestionado el anuncio del gobernador. Si bien intentó justificar la medida advirtiendo que fue una decisión del anterior Gobierno, lo que cierto es que pudo revertir la medida.De otro lado, esta decisión apuesta a una continuidad, más que a una refundación de la política pública de la movilidad y el transporte en Jalisco. Refundación habría sido decirle adiós al “pulpo camionero” y plantear un modelo radicalmente distinto, como la estatización del servicio de transporte, a precios verdaderamente accesibles para los usuarios más empobrecidos. En lugar de ello, se asesta una “cuchillada” a la economía popular.