Hay un sesgo metodológico que arroja dudas sobre la calificación inédita de 8 al servicio de transporte público por parte de los ciudadanos en la reciente encuesta que presentó el Gobierno de Jalisco.Compartí la vitrina metodológica de la Encuesta de Satisfacción de Usuarios del Transporte Público en el AMG 2022-2023 a dos especialistas. Sus observaciones coinciden en que hay un error en el muestreo que favorece un resultado positivo.Pido paciencia porque utilizaré varias cifras, pero es importante para entender el punto.El Imeplan solicitó a la empresa Kaliope la aplicación de dos mil 502 encuestas en seis modalidades de transporte: Tren Ligero, Macrobús, Peribús, rutas convencionales, alimentadoras del transporte masivo y rutas suburbanas con permiso federal.Sin embargo, las encuestas se dividieron entre seis -417 por cada modalidad de transporte- y no proporcionalmente, según el número de pasajeros que mueve cada tipo de transporte. Allí está el truco.El documento indica que las rutas convencionales trasladan a 1.6 millones de pasajeros al día, lo que representa el 71 por ciento del total. No obstante, allí aplicaron sólo 417 encuestas y no mil 750 como correspondería al número de usuarios al día.Por el contrario en el Peribús, un servicio nuevo y que mueve apenas al cinco por ciento de los pasajeros, se aplicaron las mismas 417 encuestas. Esto generó un menor muestreo en las rutas convencionales, históricamente las que dan peor servicio, contra un sobremuestreo en el Peribús, un proyecto nuevo que sustituyó a la deplorable 380.En pocas palabras, aplicaron más encuestas en donde históricamente los usuarios evalúan mejor el servicio y en donde hubo una mejora sustancial como el Peribús, y menos encuestas en donde hay más fallas y más pasajeros como los colectivos; naturalmente mejoró la calificación. En el Macrobús, un servicio saturado y en declive, también hubo un sobremuestreo pues mueve apenas el 1.4 por ciento de pasajeros; De hecho fue la única modalidad cuya calificación descendió de 8.1 a 7. El día que se presentó la encuesta, de manera oportuna, el gobernador anunció una inversión de 10 millones de pesos en mantenimiento y la adquisición de 26 unidades adicionales. Eso lo hizo parecer como un ardid publicitario para capitalizar políticamente una acción de Gobierno. En la encuesta de satisfacción de usuarios del transporte elaborada en 2018 por el Gobierno anterior, la calificación de las rutas convencionales fue de 5.3. En ese ejercicio se aplicaron dos mil 550 encuestas, pero siete de cada diez fueron para las rutas convencionales. Es decir, ese ejercicio sí fue proporcional al volumen de pasajeros por modalidad de transporte. En la vitrina metodológica de la reciente encuesta se aclara que se compensa el desequilibrio en la aplicación de cuestionarios con un “factor de ponderación”, pero los dos especialistas que consulté coinciden en que eso no corrige un muestreo erróneo de origen.El servicio de transporte público ha mejorado. No hay duda. El esfuerzo comenzó desde la administración anterior y esta continuó la transformación del modelo ruta empresa. Sin embargo, parece que la manipulación y exageración sobre el tamaño de los logros alcanzados le impide al actual Gobierno ver el desafío que todavía hay delante con un “cuchareado” 8 de calificación.