La reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi incluye por primera vez datos para responder una pregunta: ¿qué tanto confiamos en el Presidente, el gobernador y los alcaldes? La encuesta se realizó en 25 mil viviendas de 75 urbes principales del país. Para el caso de Jalisco, considera a Guadalajara, Zapopan, Tonalá, Tlaquepaque, Tlajomulco y Puerto Vallarta. Pero revisemos algunos datos sabrosos. Al final intentaré articular algunas preguntas inquietantes que me surgen sin otra razón que la mera curiosidad. El Inegi preguntó a los habitantes de la Zona Metropolitana de Guadalajara y Vallarta: ¿Qué tan efectivo ha sido el Gobierno de su ciudad para resolver estos problemas (baches, agua potable, alumbrado público, delincuencia)? Todas las alcaldías reprobaron. La peor fue Guadalajara. Sólo el 21.5% de los tapatíos consideró que su Gobierno es “muy o algo efectivo”. El mejor calificado fue Zapopan, en donde el 39.9% calificó como “muy o algo efectivo” al Gobierno. La mayor percepción de eficiencia para una alcaldía se ubica en Apodaca, Nuevo León, en donde el 62.8% consideró “muy o algo efectivo” a su municipio. Y el peor fue Tijuana, Baja California, en donde sólo el 10.8% consideró eficiente a la alcaldía (¿cómo “gobiernas” así una ciudad?). Jugamos en una liga de terracería y tercera división en cuanto a confianza en el municipio, la instancia supuestamente más cercana al ciudadano.Pero aquí hablamos sólo de un ente de Gobierno. Pasemos a las figuras del Presidente, el gobernador y los alcaldes. El Inegi preguntó: En una puntuación del 0 al 10, ¿cuánto confía en el Presidente/gobernador/alcalde? Otra vez todos reprobados. En Guadalajara le dieron 5 al Presidente, 3.8 al gobernador (la puntuación más baja de toda la metrópoli y Vallarta), y 4.4 al alcalde. En Zapopan el Presidente se llevó un 5.5, el gobernador 4.9 y el alcalde 5.6. Hago notar que en todos los municipios de Jalisco reprobaron las tres figuras de gobierno con excepción del Presidente López Obrador en Tlaquepaque (6.1), Tonalá (6.3) y Vallarta (7). En la media nacional, el nivel de confianza del Presidente de la República es del 6.6. Los gobernadores alcanzan un 5.5 y los alcaldes 5.3. Viva la democracia.***Confiamos poco o nada en nuestro Presidente, nuestro gobernador y nuestro alcalde. Ante estos indicadores, más serios que cualquier encuesta privada a la carta, me pregunto: ¿vivimos un divorcio entre Gobierno y sociedad? De ser así, ¿qué provocó esta ruptura? ¿La corrupción, la pobreza? ¿Cómo reconectar el puente? Pienso en un barco en donde de popa a proa nadie confía en nadie, ¿qué destino tendrá ese barco? ¿Nos damos cuenta? ¿Nos importa? Si toda la culpa es de los políticos, ¿qué ciudadano tirará la primera piedra? No intento soltarles un discurso moralista. Más bien, como les adelanté, esta ciudad y este país me generan una inquietante curiosidad y zozobra. jonathan.lomelí@informador.com.mx