En vez de ponerse a discutir, la verdadera solución es el diálogo, hasta llegar a un mutuo acuerdo.Son muchas las parejas que se la viven discutiendo multitud de temas, incluso los más absurdos y simples asuntos.En el fondo hay muchas diferencias que no saben enfrentar y que finalmente se convierten en el motivo de lucha de poder, donde regularmente se llega a involucrar el ego y el orgullo. Hemos de reconocer que es un hecho que todas las personas somos diferentes y que es muy posible que algún día nos lleguemos a dar cuenta que nuestra pareja piensa completamente diferente a nosotros.De hecho, es muy importante aceptar y reconocer ésta gran diferencia, y en vez de verlo en forma negativa, tengamos la conciencia de que nos va a aportar un crecimiento personal muy positivo. Veamos por qué:1. Al descubrir que hay otros puntos de vista del mismo tema, enriqueces tu manera de ver las cosas y no te encierras en una sola perspectiva.2. Se ejercita la tolerancia, al aceptar otras maneras de pensar y sumas algo nuevo a tu conocimiento.3. Aprendes a negociar y a tomar en cuenta que en todo momento puedes llegar a un acuerdo.4. Logras ya no discutir ni faltar al respeto a quienes piensan distinto a ti.Especialmente cuando quieres a una persona, se puede agudizar el sentimiento de oposición y sentir que se polarizan mucho las cosas y acabar por discutir en vez de dialogar y acordar.No tiene siempre que uno de los dos tener la razón, sino tratar de llegar a un punto intermedio, en el cual ambos sacrifican algo de su postura y logran llegar a un punto satisfactorio para ambos.Esperamos que con tu pareja aprendas más a ceder y a vencer la tentación de querer ganar e imponer. Se trata de que los dos estén felices juntos, sabiendo que piensan diferente.Es de personas sabias y prudentes el saber llevar una vida en armonía con una persona que piensa distinto a ti y lograr vivir acordando y dándose gusto mutuamente.
