A raíz de que Joe Biden resultó triunfador en el proceso para elegir al cuadragésimo sexto presidente de los EUA, algunas personas, entre ellas mi hermana Coco, me compartieron su preocupación por la edad del presidente electo quien, hace tres días, cumplió 78 añitos, ¡un jovenazo! (S.S., el Papa Francisco, tiene 84). El caso viene a cuento porque existe la idea de que después de los 60 años debemos pensar en el retiro y que, de los 70 en adelante, nos volvemos inútiles, que ha menester encomendarse a Dios todas las noches por aquello de amanecer patitieso.Error, si bien es cierto que algunas capacidades menguan, otras, por el contrario, se agudizan, maduran. Se pierde agilidad física, pero se gana en conocimiento, sensatez y prudencia. Aunque esta afirmación es discutible, “lo que natura non da, Salamanca non lo presta”. Habremos de reconocer que el tema no es solo sumar calendarios: implica el compromiso de actualizarse permanentemente; es asunto de mantener vigente nuestra capacidad instalada, más ahora que la ciencia médica ha evolucionado de forma impresionante, prolongando, en buenas condiciones, nuestra existencia. Los jóvenes son atletas, los viejos son sabios.Alejandro Magno murió pasaditos los 33 años, después de haber conquistado el mundo de su tiempo. Lo logró por su genio, audacia y una inquebrantable voluntad en construir un imperio que abarcara desde Grecia hasta la India. Al conectar esas civilizaciones, Alejandro creó las condiciones para la emergencia del humanismo y lo hizo, en gran medida, por la formación recibida de los viejos; su preceptor fue Aristóteles y se nutrió en el conocimiento desarrollado por innumerables filósofos, sofistas, geógrafos, mercaderes y viajeros de la época. Sin esas bases, ¿Alejandro hubiera podido realizar tal hazaña?La vida no es de absolutos. ¿Quién, con tres dedos de frente, puede negar lo maravillosa que es la juventud? En los mismos términos, resulta absurdo marginar a los adultos mayores cuando los años se juntan. El profesor Jorge Enrique Hernández Preciado, quien se ha especializado en estos temas, nos recuerda, un día sí y el otro también, que la experiencia no se jubila. Jalisco tiene más de un millón de personas de la tercera edad, casi un quinto de la lista de electores somos parte de esa realidad. Somos una fuerza que no se debe ignorar ni menospreciar. Hoy las cosas no están bien, para decirlo claramente, están mal y no se van a remediar descalificando el pasado ni el presente. Es necesario sumar los activos de cada generación. Solo integrando las piezas del rompecabezas podemos dejar atrás la incertidumbre que nos agobia.Los jaliscienses, orgullosamente mexicanos, hemos participado, a lo largo de los siglos, en la construcción de nuestro país. Hemos sido actores en todos los frentes y en todos los tiempos. Nada de lo que existe es ajeno a nosotros; maestros, médicos, abogados, sacerdotes, artistas, periodistas, arquitectos, ingenieros, militares, campesinos, obreros, empresarios, profesionistas y pueblo en general. Juntos hemos hecho el camino y lo seguiremos haciendo al compás de nuestras ilusiones.¡Viva México!eugeruo@hotmail.com