Es un estilo de relación que implica tratar con mucho respeto y cariño, pero con un cierto grado de rivalidad y competencia.Su principal objetivo es vivir en paz en su hogar, y por ello deja que el esposo haga su vida como le plazca. Ni cuestiona ni reclama, que el marido haga bien su trabajo de proveedor y trate bien a toda la familia, sin que perturbe la armonía del hogar, porque entonces sí saca las uñas.Por esa misma actitud fraterna es menos cariñosa y sensual. Pues más que sentirse atraída por él, su admiración y afecto es más espiritual. A veces se inquieta con el asunto de sentirse en desventaja y demasiada obediencia, por ver a su marido tan social y exitoso con lo que hace y ella nomas entregada a los hijos y a la administración del hogar. Pero finalmente lo será a base de convencerse de que ese es el estilo de vida que deseaba hacer y es el que le inculcó su familia.La relación en sí no es muy atractiva para ambos, pues la convivencia se limita a cumplir con las responsabilidades familiares y los compromisos sociales, como bodas y reuniones. Se llegan a divertir y a disfrutar de algunos viajes, pero siempre con la tónica de que son compañeros y amigos, pero sin desarrollar la pasión y la intensidad de una afectividad íntima, propia de una pareja.Ella siente que debe de atender bien a su marido y cumplir en todo lo que se le pide, pues lo considera como su responsabilidad. Es, hasta cierto punto, sumisa, siempre y cuando le cumplan con todo lo que necesita para el buen desempeño de su hogar y las tareas con los hijos.De lo contrario se enfurece y fácilmente puede romper con su actitud fraterna y recurre a comportamientos violentos y aguerridos, tal y como lo hacen los hermanos cuando entran en una disputa. Y entonces si las cosas pueden cambiar de rumbo y hacer de la relación una constante rivalidad, en donde los celos pueden convertirse en un importante protagonista.Sin embargo, los sentimientos de una buena hermana, la orillan a que se reconcilie y ceda en la mayoría de las veces, dado que preservar a su familia está por encima de todo. De aquí que se comporte como una esposa sacrificada y víctima. Pero saldrá airosa, porque rescata la armonía del hogar.