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Cuando Sócrates daba lecciones de democracia en Brasil

Por: Raúl Romero

Cuando Sócrates daba lecciones de democracia en Brasil

Cuando Sócrates daba lecciones de democracia en Brasil

Entre 1982 y 1984 ocurrió en Brasil uno de los experimentos más curiosos de la historia de futbol en lo que se refiere a la gestión de equipos y a la influencia que un club puede tener en la opinión pública.

La “Democracia Corinthiana” fue el nombre que se le dio al método de gestión adoptado por el Corinthians, que decidió dar a todos los integrantes del club la capacidad de votar para decidir el rumbo del equipo.

Tenían voto los futbolistas, pero también los directivos y el personal de apoyo, como los utileros. Cada persona tenía un voto, y el del último ayudante valía tanto como el del director de futbol.

Ese nuevo modo de organización no era sólo una curiosidad, o un capricho. Era también un mensaje político en un país que entonces era gobernado por una dictadura militar en la que los brasileños no tenían derecho a elegir a sus representantes.

La Democracia Corinthiana fue el resultado de la interacción de personajes únicos que coincidieron en ese momento de la historia del equipo de Sao Paulo.

Todo comenzó con el nombramiento del sociólogo Adilson Monteiro Alves como director de fútbol del Corinthians, que contaba además con dos jugadores que mostraban gran conciencia política, Sócrates y Wladimir.

“Decubrí que, jugando futbol, puedo ser intermediario de las aspiraciones y angustias de millones de personas que se identifican conmigo, que me ven como un guerrero de su lucha”

Sócrates es un caso único en el futbol mundial. Tan talentoso como inclinado a la bebida y las fiestas, el larguirucho jugador tenía un título en medicina y demostraba una viva conciencia social. “Soy radical hasta cambiar de idea”, le gustaba decir.

Aunque no era rápido, Sócrates compensaba sus carencias físicas con la inteligencia que le sobraba. Los pases de taco eran uno de sus recursos favoritos, que le valieron uno de sus apodos, “Talón de Oro”.

Bajo la guía radical de Sócrates, y con los consejos del publicista Washington Olivetto, el Corinthians logró que sus ideas trascendieran el campo de juego. Debajo del uniforme los jugadores portaban camisetas con lemas que desafiaban al régimen: “Yo quiero votar para presidente”, “elecciones directas ya”.

Sócrates iba a llevar esa idea al más alto escenario del fútbol. Durante la Copa del Mundo de 1986 el mediocampista usó bandas en la cabeza para transmitir mensajes políticos.

“Descubrí que, jugando fútbol, puedo ser intermediario de las aspiraciones y angustias de millones de personas que se identifican conmigo, que me ven como un guerrero de su lucha”, explicaba Sócrates, quien murió en 2011 a causa de su excesivo consumo de alcohol.

A través de la democracia, el Corinthians obtuvo el primer lugar del campeonato paulista en 1982 y 1983, y llegó a la Semifinal del campeonato brasileño, pero sobre todo demostró que si ben el fútbol no puede cambiar el mundo por sí solo, sí puede indicar el rumbo de ese cambio, y puede ayudar a ponerlo en marcha.

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