Domingo, 08 de Septiembre 2024

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¿Cuál es el plan de Claudia?

Por: Israel Macías López

¿Cuál es el plan de Claudia?

¿Cuál es el plan de Claudia?

Le voy a hacer una pregunta: ¿Cuál es el proyecto económico de Claudia Sheinbaum?, ¿qué es lo que va a hacer con la economía?

Estoy seguro de que se quedó como la mayoría. Nadie sabe. Si usted busca entre los recuerdos que nos dejó la campaña electoral, prácticamente no sabemos nada en específico que sea el plan económico de la presidenta electa.

Lo único que recordamos es la cantidad de veces en las que la candidata de Morena repitió que le pondría “un segundo piso” a la 4T. Lo que quiera que eso signifique.

Y con eso fue suficiente. Para la gran mayoría de los mexicanos la economía mexicana está funcionando bien, con unos ingresos adicionales producto de los programas sociales, una llegada masiva de remesas y la sensación de que un dólar barato significa que México va bien.

Seguir entonces con lo mismo, significa seguir con la entrega de dinero y con una aparente economía normal en la que no pasa nada. Si, el sistema de salud está mal, no hay medicinas y la inseguridad, los homicidios y los desaparecidos están al alza, pero en realidad nunca han estado bien. “Lo bueno es que ahora recibo dinero del gobierno. Un dinero que nunca recibí de ningún otro gobierno.”

Hoy no tenemos una idea de lo que significará el gobierno de Claudia Sheinbaum. De hecho, si revisamos sus participaciones después de las elecciones, hay muy pocas ideas que podamos afirmar que son de ella. La mayoría se trata de frases recicladas o de plano, copiadas de su mentor, López Obrador.

Nada original o de perdido auténtico que nos refleje lo que piensa la presidenta electa.

Buscándole por ahí, se deprenden algunas ideas de su asesora económica, Altagracia Gómez de grupo Minsa. Quien en foros ha hecho énfasis en que la palanca que le traerá a México el crecimiento del 5 por ciento anual tan deseado será el famoso nearshoring.

Esa cascada de inversiones extranjeras que, se supone, entrará a México a generar empleos mejor pagados, incrementando la producción y las exportaciones. De hecho, la misma Sheinbaum ha anunciado que impulsaría la creación de hasta 100 nuevos parques industriales en el país, buscando que el nearshoring llegue a los estados con menor dinamismo económico. Piénsese en Guerrero, Oaxaca o Chiapas.

Cien parques industriales es un gran plan económico. El problema es que pareciera que el nuevo gobierno no está considerando los obstáculos que se presentan en el horizonte para que esas inversiones y esos parques sean una realidad.

Para empezar, el gobierno del presidente López Obrador no le ha importado convertirse a si mismo en un agente de incertidumbre para las inversiones. No le importó cuando destruyó el proyecto del Nuevo Aeropuerto y no le importa ahora que busca a toda costa subordinar a la Suprema Corte y a todo el Poder Judicial.

Hoy México recibe 60 por ciento menos inversiones extranjeras nuevas que las que recibía en 2018. Y eso que se supone que estamos en medio del nearshoring.

Otro factor desestabilizante es la elección presidencial en los Estados Unidos. ¿Qué va a pasar con los flujos de inversión si gana Donald Trump? Trump ha dicho que quiere nearshoring, pero no en México, sino en su país. Tan se esperan altas tarifas y aranceles a bienes como los autos eléctricos, que Elon Musk mejor prefirió dar por muerta la planta de Tesla en Nuevo León.

Claudia Sheinbaum actúa como si las inversiones estuvieran haciendo fila para entrar a México y que el gobierno podrá ponerle las condiciones que quiera en los modos que sean. La realidad es que no es así.

Hoy en día, aunque tengamos esos 100 parques industriales, ni siquiera podemos garantizarles el suministro suficiente de energía eléctrica porque nuestra capacidad instalada dejó de crecer porque se dio preferencia a una CFE que no puede sola con el paquete y ahora tenemos que acostumbrarnos a que cuando haga calor, tengamos apagones.

Y no hemos hablado de los riesgos de recesión que crecen en los Estados Unidos, en la inflación que no baja y en un contexto internacional que puede descomponerse muy rápido. Como ya vimos el “lunes negro”.

Súmele a ese contexto un nuevo gobierno del que ni siquiera se sabe si tiene un plan económico o no.

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