Erróneamente se piensa que los embates de despojo y criminalización contra pueblos y comunidades son encabezados solo por grandes corporaciones, nacionales o extranjeras, por ejemplo las industrias extractivas. No es así. Las dinámicas de despojo también son llevadas a cabo por empresas menores pero que causan la misma devastación al seno de las comunidades.La comunidad de Temacapulín, municipio de Cañadas de Obregón, está enfrentando desde hace doce años el despojo del megaproyecto hidráulico de la presa El Zapotillo y el acueducto a León, que implicaría la desaparición del pueblo por inundación y el robo de su agua mediante el trasvase.Pero a este despojo visible y con repercusiones mundiales, se añade un añejo tipo de despojo menos contado, pero igual de grave: la extracción sistemática de arena y piedra del río Verde gracias a siete concesiones que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) entregó a particulares.El despojo de las arena y piedra del río Verde por particulares se hizo visible el 28 de febrero cuando varios vecinos de Temacapulín impidieron el paso de los pesados camiones de volteó que los despoja del lecho del río Verde.Con esa acción directa, los pobladores hicieron lo que las autoridades no han hecho en años: parar el saqueo de materiales y detener el pesado tráfico de vehículos que destruye la tranquilidad, las casas y calles de los vecinos de Temacapulín.Los negocios privados que explotan los materiales del río Verde se llevan un jugoso negocio a cambio de destruir el río y la paz de los habitantes de Temaca, gracias a contratos extremadamente leoninos. Por ejemplo, el titular de la concesión que afecta a Temacapulín paga al mes 700 pesos al mes (23 pesos diarios) a la delegación municipal, y a cambio saca hasta 20 camiones de 20 o más toneladas que tienen un costo unitario de entre tres mil y cinco mil pesos. Es decir, sólo en un día pueden extraer hasta 60 mil pesos de material, y apenas pagan 23 pesos.Este es justamente el núcleo de los negocios por despojo: la extracción de recursos o bienes comunes a precios irrisorios, dejando jugosas ganancias para quienes despojan, y la destrucción y conflicto a las comunidades despojadas.¿Qué hacen las autoridades ante este flagrante caso de despojo? Como lo hacen con los megaproyectos, se ponen de lado de los particulares.Luego de detener el paso de los camiones el pasado 28 de febrero, el comité Salvemos Temaca denunció que tres personas de la comunidad fueron citadas a declarar por el supuesto delito de “obstrucción de las vías de comunicación”: José Gutiérrez Espinoza, María Félix Rodríguez y Catalina Mejía Alvarado (regidora del PRI en el ayuntamiento de Cañadas de Obregón). Cuando comparecieron el pasado martes ante la delegación de la FGE en Tepatitlán, se aclaró que sólo José Gutiérrez está imputado, pero resulta que este demostró que la vía por donde pasaban los camiones saqueando materiales del río era de su propiedad.Este caso del despojo del lecho del río Verde muestra de nuevo que gobierno y empresarios (grandes corporaciones o negociantes locales) se asocian para despojar y criminalizar a las comunidades. Pero en Temacapulín hace años que saben que la resistencia es una eficaz forma de lucha para defender lo que es suyo.