Miércoles, 20 de Noviembre 2024

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Coproducción de seguridad: tratar diferente al viejo problema de seguridad

Por: Ismael del Toro

Coproducción de seguridad: tratar diferente al viejo problema de seguridad

Coproducción de seguridad: tratar diferente al viejo problema de seguridad

La reciente tragedia de Texcaltitlán, Estado de México, donde los habitantes enfrentaron a extorsionadores que demandaban un “derecho de piso” a los agricultores, refleja una crisis de seguridad profunda en nuestro país. Este evento resalta la violencia atroz y el descaro de los grupos criminales y pone de manifiesto hacia dónde transita la respuesta ciudadana en una situación de ingobernabilidad generada por el crimen y una autoridad desbordada.

Sólo el Estado tiene la legitimidad del uso de la fuerza para salvaguardar a la ciudadanía. En la práctica, la efectividad de este mandato parece desvanecerse ante actos violentos como los ocurridos en el Estado de México. La incapacidad del Estado para garantizar la seguridad ha llevado a la ciudadanía a tomar medidas extremas que culminan inevitablemente en tragedias. No se puede poner en duda que estos terribles eventos son un claro indicativo de que el Estado está rebasado y de la urgencia que existe de replantear la estrategia de seguridad.

La situación en Texcaltitlán asimismo es reflejo de un problema más amplio: la coexistencia en un territorio de corporaciones policiales de los distintos órdenes de Gobierno, los grupos criminales y los grupos de autodefensa que operan fuera del marco legal. Esta compleja dinámica tiene graves implicaciones en la gobernabilidad, ya que afecta la capacidad del Estado para ejercer su autoridad y garantizar seguridad y el ejercicio de sus derechos a las personas.

Es imperante reconocer que enfrentamos una crisis institucional y una profunda necesidad de repensar nuestro enfoque hacia la seguridad. Es urgente dejar de pensar solo en la intervención estatal como respuesta; la participación activa de la sociedad es la única forma de recuperar nuestras comunidades. La “coproducción de seguridad” implica la colaboración activa entre el Estado y la ciudadanía para abordar, y sobre todo, prevenir los riesgos y atender las causas subyacentes que generan la violencia y el delito. Es urgente anticipar más y reaccionar menos frente al empoderamiento de grupos criminales que detentan autoridad de facto en las comunidades.

Un enfoque multifactorial es crucial para incorporar medidas preventivas y de control de la criminalidad; a estas alturas, sobra evidencia de que la militarización beligerante no reduce la violencia ni el crimen. Es indispensable hacer frente a problemas como la falta de cohesión social, la pobreza, la desigualdad y exclusión social, la impunidad y la proliferación de armas ilegales, por enunciar solo algunos de ellos. Si lo que queremos es vivir con paz, debemos tener claro que los problemas de seguridad no pueden ser contenidos únicamente por el Estado y reconocer que cada ciudadano tenemos un papel que desempeñar desde nuestra propia escala y posibilidades, para contribuir de manera activa a la construcción de un entorno más seguro.

La tragedia en Texcaltitlán es más que una advertencia, es un llamado a replantear nuestra estrategia, para ir más allá de la fuerza de las armas, hacia una respuesta articulada y colaborativa del Estado con la sociedad, para atacar de raíz la crisis de seguridad que ya amenaza y ataca la integridad y la paz de nuestras comunidades.

@DelToroIsmael_

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