Con un tono triunfalista que resulta chocante ante el contexto de guerra informal que produce una crisis humanitaria de grandes proporciones, con opacidad o franca manipulación de cifras y sin invitar a las familias organizadas que padecen la violencia organizada en Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro presentó su llamado tercer informe en materia de seguridad, en el marco de la rendición de cuentas que tiene que entregar al llegar a su tercer año de gobierno. De manera conveniente, el gobernador separó los temas de violencia organizada que padece de forma profunda y extendida la sociedad jalisciense, los asuntos de delitos patrimoniales, los homicidios dolosos y los cuerpos encontrados en las fosas clandestinas, los reportes de desapariciones y el manejo de cuerpos en el Servicio Médico Forense.El mensaje central del gobernador es que los once “pilares” que componen la estrategia de combate a la inseguridad en Jalisco han dado resultado bajando sensiblemente los delitos relacionados con robos, bajando la incidencia delictiva, disminuyendo con ello la percepción de inseguridad de los habitantes del estado. Con ello, dijo, Jalisco se encamina en “una ruta de la mano del pueblo de Jalisco para recuperar la paz y la tranquilidad de nuestro estado”. Pero ni tan de “la mano del pueblo de Jalisco”, pues en el evento donde presentó el informe no se invitó a las familias organizadas que buscan a sus desaparecidos y que esperan con ansia y dolor que el Semefo pueda identificar los cuerpos bajo su resguardo. A pesar de que en su informe el gobernador saludó a la señora Martha Isela Morales Valdivia, representante del Consejo Ciudadano ante el Comité Coordinador del Sistema Estatal de Búsqueda, ella no asistió, según denunciaron los colectivos de familiares ayer.El tono triunfalista, manipulación de cifras y revictimización de las familias que padecen alguna arista de la guerra informal que padece el estado provocaron la molestia de distintas organizaciones que las llevaron a responder puntualmente al informe del gobernador. En esta especie de “contra informe”, ocho organizaciones cuestionaron varios aspectos del discurso del mandatario. El documento puso énfasis en la exigencia de que “no criminalice a las víctimas de violencia” y que “informe las cifras reales en materia de desaparición”.Este “contra informe” fue presentado por los colectivos Por Amor a Ellxs, Guerreras San Miguel El Alto, Guerreras de Chapala, Colectivo + 1 = Todos Tlajomulco, Hasta Encontrarles Lagos de Moreno, Entre Cielo y Tierra, Huellas de Amor Jr 33:3, Altos Sur Jalisco En Busca de Ti que cuentan con el acompañamiento del Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD). A las familias organizadas molestó la aseveración del gobernador de que 80 por ciento de las víctimas de homicidios dolosos están relacionadas con el crimen organizado. Alfaro afirmó que los delitos que generan violencia son “aquellos relacionados con la venta, consumo y el tráfico de drogas” y su aseveración se basa en que la mayoría de víctimas lo son por “heridas de bala” o aparecen “embolsados, encobijados, homicidios múltiples, descuartizados o mensajes”, para enfatizar que son producto víctimas que guardan relación con el crimen organizado.La afirmación del gobernador repite el viejo y falso discurso de otros gobernantes que “se matan entre ellos”, sin aportar los datos duros basados en investigaciones y proceso judiciales terminados. En un sistema de procuración de justicia donde hay más de 92 por ciento de impunidad, la afirmación del gobernador es temeraria e insostenible.El otro tema cuestionado por estos colectivos son las cifras parciales en personas desaparecidas, pues el gobernador habló de 10,777 personas “pendientes de localizar” muy lejos de la cifra de 14,502 desaparecidos que reporta el Registro Nacional de Personas Desaparecidas. Pero también está lejos de las 12,472 desaparecidos del Registro Estatal de Personas Desaparecidas.En el “contra informe”, los colectivos cuestionan la supuesta baja en el número de desaparecidos en los tres años del actual gobierno, y en la supuesta eficacia en la búsqueda y localización de los desaparecidos. Al final, llaman al gobernador a no manipular las cifras y que no reconocer las distintas crisis, “no es hablar de frente y con la verdad”, como repetidamente ha ofrecido Alfaro. Como escribí la semana pasada, el gobernador le sigue fallando a las familias que tienen desaparecidos y a todas los que padecen la crisis humanitaria de grandes proporciones que existe en Jalisco.