Encarrerado el ratón… ahora vamos en Jalisco a la consulta sobre el pacto federal y luego por supuesto a la revocación de mandato a nivel federal, otro ejercicio más para mayor gloria de nuestros gobernantes. La vara está muy baja, cualquier participación arriba de diez por ciento será considerada por ellos un éxito, pero además ya sabemos que los resultados los interpreta el Tlatoani en turno a su gusto y conveniencia, el resultado no le importa a nadie porque tampoco significa nada. ¿Qué vamos a preguntar del pacto federal? De entrada, el gobernador ya lo adjetivó, dijo, cuando comenzó con este brete, que va a consultar a la gente a ver si está de acuerdo en seguir con este “abusivo pacto con la federación”. No gasten dinero, si esa es la pregunta la respuesta es no, no estamos de acuerdo, si lo que quiere Alfaro, al igual que el presidente, es una consulta para reafirmar su discurso, la consulta sólo les sirve a ellos. La batalla por el presupuesto hay que darla, no consultarla.La revocación de mandato tiene sentido sí y sólo sí quien la busca y la propone son los ciudadanos, el pueblo, que por alguna causa grave quieren que el presidente no termine su periodo. Pero cuando desde el propio ejecutivo se propone el ejercicio, para lo único que sirve es para alimentar la vanidad de quien detenta el poder y para confrontar más y antes de tiempo a los electores. López Obrador no va a perder el mandato en una revocación, no hay motivos ni causa grave como para convocar a 40 millones a votar por su salida. Más aún, ni siquiera es deseable que suceda. Parte de la normalidad democrática es que los presidentes terminen su periodo. Así como en el 2018 votamos porque se corrigieran los errores del pasado inmediato, en 2024 votaremos si queremos o no la continuidad de los gobiernos de Morena. No se requería ni la consulta del domingo pasado ni se necesita la del próximo año.Convocar permanentemente a este tipo de “ejercicios democráticos” provoca golpeteo político y descrédito de la autoridad electoral, pero sobre todo desgaste de las figuras de participación ciudadana. La consulta popular y la revocación de mandato son armas muy poderosas que deben estar en manos de los ciudadanos y somos nosotros y sólo nosotros quienes debemos decidir cuándo y para qué usarlas. Fueron pensadas para la defensa de la democracia (la revocación) o para tomar decisiones complejas que van más allá de un periodo legislativo (la consulta). Usarlas para hacer política es tan irresponsable como disparar un arma dentro de una casa llena de personas. El ejercicio democrático del poder tiene un muchísimas otras herramientas de consulta para toma de decisiones específicas de ámbitos específicos. Escuchar y atender la crítica -de la oposición, de los ciudadanos, de la opinión pública- es el más importante en una democracia. ¿Y si en lugar de consultar mejor escuchan?diego.petersen@informador.com.mx