Dentro de todo el torbellino político que le gusta atizar a diario, el Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo sin duda, para bien del país, dos grandes satisfacciones en las dos últimas semanas que vinieron del Inegi y del Coneval. La primera vino hace dos semanas cuando la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2022) del Inegi reveló que el ingreso promedio de las familias mexicanas subió 19.9 por ciento del 2018 al 2022 al recibir en promedio 21 mil pesos mensuales y que donde más impactó fue en el 10 por ciento de la población ubicada en el decil más bajo de percepción, con lo que se consiguió una reducción en la brecha de desigualdad en el País, especialmente en los estados más pobres del sur.La segunda vino la semana pasada y reforzó esta tendencia por la reducción en el número de pobres que reportó el informe del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en el sentido que 8.9 millones de personas salieron de la pobreza entre 2020 y 2022, al pasar de 52.2 millones a 46.8 millones.López Obrador celebró con efusividad ambos resultados al expresar el viernes pasado que la reducción de la pobreza y de la desigualdad lo llenaba “de orgullo” porque era la prueba del éxito de su política de “primero los pobres”.Lo cierto es que estas buenas noticias ahora sí que deben contrastarse con los otros datos que aportan estos mismos estudios, y que como buen político, AMLO prefirió no resaltar. Como ya asomaba en los datos del Inegi que faltaba mucho por avanzar en temas de salud y educación para seguir acortando la brecha de desigualdad, el Coneval vino a matizar la fiesta del Presidente al consignar que la población con carencias en el acceso a los servicios de salud se disparó de 35.7 millones a poco más de 50 millones, lo que implica un crecimiento de la población en pobreza extrema. Aunque López Obrador quiso minimizar el dato al plantear que se debe a una confusión de la población por la desaparición del Seguro Popular. “Hay una disminución, por que a todos los tenían apuntados con credencial con el llamado Seguro Popular, como ya no están esas credenciales, al preguntarles, dijeron no tenemos seguro”, dijo.Fuera de esta narrativa propagandística del innegable resultado que han tenido en las zonas de mayor pobreza en el país, los incrementos al salario mínimo, la obras emblemáticas de la 4T como el Tren Maya y el Corredor Transístmico, y los programas sociales a favor del adultos mayores y los del impulso al empleo como el de Sembrando Vida que ha empujado el Gobierno lópezobradorista, los datos revelan que es necesario trabajar más en que los apoyos lleguen a los más pobres y reconocer el fracaso en las políticas de salud, que por la falta de atención médica y abasto de medicinas pulveriza el dinero y desmaquilla estas cifras alegres de reducción de la pobreza.
