Martes 12 de octubre, 1:57 pm. Gavin Sheets le pega con todo y hace un home-run en solitario. Los Medias Blancas (White Sox) de Chicago se ponían 1-0 en el cuarto juego de la serie contra los Astros de Houston y encendían una luz de esperanza. La afición enloquecía. Había una posibilidad de remontar la serie que hasta ese momento iba 2-1. Yo estaba ahí, gritando emocionado, rodeado de fanáticos mexicanos.Por un momento tuve un flashback y regresé a mi juventud allá en Guadalajara. Me parecía como si aquellos gritos y porras fueran en el Estadio Jalisco:Te sigo siempre a todos lados Rebaño yo te amo siempre te vengo a ver En las buenas sabes que yo te quiero En las malas te amo por Chivas moriré Hoy te vengo alentar como siempre Toda la vida a tu lado siempre estaré No me importa nada más Que en la tribuna contigo Yo quiero estarComo muchas veces me pasó con mis Chivas, no todo terminó en alegría. Los Astros de Houston terminaron demostrando por qué son lo que son y nos ganaron el juego por 10 a 1 y terminaron ganando la serie. Ahora ellos van contra Boston Red Sox por el campeonato de la Liga Americana y nosotros nos volveremos a encontrar el próximo año, con la esperanza renovada.Pero perder es siempre lo de menos. Ver a miles de fanáticos mexicanos, con sus hijos, me emocionó. Los Medias Blancas, como mis Chivas, son el equipo del pueblo. Representan la lucha, la resiliencia, el coraje, la valentía, la rebeldía de una comunidad que, pese a las discriminaciones y a los obstáculos, siempre encuentra una recompensa a su lucha.Miren los nombres de su alineación y creerán que es un equipo del Caribe. Un cubano es receptor, otro es primera base, otro tercera y ooootro está en el jardín central. Un venezolano maneja la segunda base. Un dominicano patrulla el jardín izquierdo, y otros dominicanos sirven como bateadores designados.Regularmente, siete de los nueve bateadores de la alineación de los Medias Blancas son latinos. Y cuando Tim Anderson, el campocorto estrella del equipo se lesiona o descansa, el número llega a ocho, con Leury García, otro dominicano, ocupando su lugar.Eso es algo que no se ve mucho en Estados Unidos, aún incluso en unas Grandes Ligas plagadas de latinos.El 28 por ciento de los peloteros latinos forman la columna vertebral vibrante de los equipos más importantes. Pero quizás ninguno lo entienda mejor que los Medias Blancas, que tienen una rica tradición de jugadores cubanos y juegan en el lado sur de Chicago, una comunidad con mayoría de población predominantemente mexicana y afroamericana.Durante el juego, con un video, los Medias Blancas homenajearon a un gran fanático mexicano. Ramón Navarro, quien entre sus posesiones más preciadas tiene unplusa chamarra del uniforme de los Medias Blancas que su abuelo, Jesús Reyes Pineda, solía usar todo el tiempo.Don Jesús jamás se quitaba aquella chamarra. En el video se vieron fotos de la Primera Comunión de Ramón donde su abuelo, en la iglesia justo en frente de la gran foto familiar, llevaba su chamarra de los Medias Blancas puesta por encima de su camisa y corbata. Se mostraron más fotos de la familia en el rancho en Jalisco en los años 80. Afuera hacían casi 40 grados… y Don Jesús llevaba puesta su chamarra.Su abuelo murió el año pasado y la familia dejó que Navarro se quedara con la chamarra. La conserva enmarcada y planea heredársela a su hijo algún día. Una de las tantas historias de pasión que muestra las conexiones del equipo con su base de fanáticos latinos. Eso se refleja en todo, desde la comida que venden en el estadio hasta la creación de un espacio donde los jugadores latinos hacen gala de su orgullosa cultura.El equipo también se ha asociado con la Cámara de Comercio Hispana de Illinois y trabaja con una empresa de marketing multicultural de propiedad latina. Estas alianzas permitieron a la creación de la mercancía de “Los White Sox” y hasta una calavera de azúcar de los Medias Blancas diseñada por Toby Ramos, nietos de jaliscienses, quien trabaja internamente con el equipo de diseño de los Sox.El equipo perdió, pero logró seguir cautivando a todos esos enormes barrios de inmigrantes y sus familias, que son cada vez más el reflejo de Chicago.- Jaime di Paulo es presidente de la Cámara de Comercio Hispana de Illinois.
