En una nueva muestra de que el futbol y la política sí están mezclados, la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea, ratificada el pasado 31 de enero, tendrá un impacto en el balompié inglés y, especialmente, en la liga de mayor nivel del mundo, la Premiership.¿Se acuerdan cuando el adolescente español Cesc Fábregas fue traspasado del Barcelona al Arsenal en 2004?, pues fichajes de este tipo ya no serán posibles. La FIFA prohíbe las contrataciones de jóvenes menores de 18 años de edad, pero la Unión Europea tenía un permiso especial que permitía los fichajes de promesas entre 16 y 18 años, bajo ciertos parámetros. Ahora la Premier League se adaptará al reglamento de FIFA.Desde la Ley Bosman de 1995, el cual permitió a los futbolistas pertenecientes a los países de la Unión Europea a trabajar como comunitarios (es decir, que un jugador ciudadano de la UE no podía ser considerado como extranjero en una Liga de un país europeo), los clubes del Viejo Continente pasaron de tener plantillas conformadas por jugadores de la tierra a conglomerados internacionales. Con el Brexit, muchos futbolistas con pase comunitario de la UE que juegan en Inglaterra sin ocupar plaza de extranjero, ahora no tendrán cupo en sus clubes.La Premier League tiene una ley que especifica que un jugador extranjero puede trabajar en Inglaterra si acredita ser seleccionado nacional de su país y haber jugado una cantidad mínima de partidos en los últimos meses. Así, fichajes como N’Golo Kanté (ahora estrella del Chelsea) al Leicester City, no se hubieran avalado al no cumplir los requisitos de internacionalidad y a pesar de su ciudadanía europea.Según expertos económicos, el Brexit traerá consigo una recesión para Gran Bretaña, debido a que ya no tendrá las ventajas comerciales que tenía al ser parte de la UE, lo que traerá consigo una devaluación de la libra esterlina. Esto significa que los fichajes le costarán más caros a los clubes ingleses y se reducirán los ingresos por derechos de televisión, los cuales fueron vendidos en nueve mil 900 millones de euros para el trienio 2019-2022. Además, un bache económico significa que la gente de a pie podría no tener dinero suficiente para pagar un boleto al estadio o costear la suscripción a Sky Sports para ver los juegos en televisión.La batalla entre los detractores y partidarios de la UE tiene su símil en el futbol inglés. Por un lado, tenemos a la Football Asociation (FA), organismo que rige el balompié británico y partidario de que los clubes de su país jueguen con más ingleses para conformar una Selección Nacional más fuerte. Por el otro lado, está la Premier League, que respalda la llegada de muchos extranjeros para dar fortaleza al campeonato doméstico. La FA quiere que las plantillas de los equipos ingleses, de 25 jugadores, tengan 12 cupos para futbolistas británicos. Sin embargo, sólo seis de los 20 equipos de la Premier cumplirían hoy este requisito.Luego de decir adiós a la UE, ahora Gran Bretaña tiene un año para negociar nuevos tratados comerciales y de otro tipo con la comunidad europea, lo cual permitirá aminorar el golpe y la pérdida de derechos para los británicos, y un respiro a la estancada economía del Viejo Continente. Este año de transición puede significar para la Premier League no perder su actual fortaleza. Es muy probable que, al fin de cuentas, los perjudicados por el Brexit no sean los grandes capitalistas sino los mismos de siempre: inmigrantes que trabajan como taxistas o en industrias manufactureras por un salario bajo; estudiantes universitarios de intercambio; o la clase obrera que, pese a votar a favor del Brexit, sus ingresos siguen erosionándose y la vida le sale más cara.