Para poder presentar autoevaluaciones positivas de sus tareas más urgentes y que más preocupan a las poblaciones que gobiernan, muchas autoridades, ya sea federales, estatales o municipales acuden al ya conocido como “combate estadístico” del problema, en vez de ajustar sus políticas públicas fallidas para buscar resolver esos desafíos, que aseguraron en sus compañas políticas saber resolver.Estos informes amañados que vienen desde la clase política y gubernamental, consisten en descontextualizar cifras, comparar estadísticas de periodos de tiempo sin criterios claros para hacer que el vaso parezca medio lleno y siempre con mejores cuentas que sus antecesores. El gobierno del estado que encabeza Enrique Alfaro acudió a este método de manera recurrente para tratar de minimizar, entre otros temas, la incidencia de homicidios y de incendios, que han llegado a cifras récords a poco más de cinco meses que termine su sexenio, como lo detallé aquí en días pasados.En la última semana el gobierno estatal acudió a esta misma ruta de manipulación de cifras en el tema número uno de la inseguridad en Jalisco como es el de las desapariciones, por ser la entidad, que con más de 9 mil casos en lo que va de la actual administración estatal, es en la que más se comete este delito, que es también el que más hace sufrir a las familias de las víctimas.En respuesta a que la semana pasada el Registro Estatal de Personas Desparecidas llegó a la cifra de 15 mil 021 casos de desapariciones, desde la oficina de comunicación social del Estado se contrataron publicaciones como noticia principal en ediciones digitales a modo para que destacaran que en lo que va de este gobierno han localizado 16 mil 427 personas desaparecidas. Como siempre, este “logro” se achica y se aprecia en su justa dimensión si se toma en cuenta que de esas localizaciones más de 12 mil se trataron de ausencias voluntarias, 4 mil sí tuvieron que ver con una privación ilegal de la libertad violenta y la mitad de estas víctimas han sido localizadas muertas.Este manejo amañado de las cifras, lejos de hacer que se reconozca, por mínimo que sea, el trabajo que en la actual administración se ha realizado para combatir este fenómeno delictivo convertido en toda una crisis humanitaria, sólo irrita a las organizaciones de personas buscadoras, que son las que encuentran la mayoría de las fosas clandestinas. Una buena manera de que el gobierno estatal inicie una acción de desagravio por este manipuleo de cifras sería empezar por ya no gastar en esas publicaciones, y destinar ese presupuesto a fortalecer las instituciones de su gobierno que tienen a su cargo esta labor y que están sumamente castigadas presupuestalmente.jbarrera4r@gmail.com