Desde el viernes pasado más de 4 millones de personas, sobre todo jóvenes, salieron a las calles del mundo para protestar sobre el cambio climático y reclamar a los líderes mundiales quienes no han hecho nada (como nosotros, que responsables somos todos) al respecto de la emergencia global. Alemania, Australia, Nueva York, París, Brasil y también México (aunque con menos participación) fueron algunos de los países que salieron a las calles para protestar.Esta generación nos está reclamando su derecho al futuro, el tema del dióxido de carbono lo estudiamos (los de la Generación X) en quinto de primaria cuando menos y ya se antojaba un asunto grave. ¿Y luego? México sin hacer nada al respecto y no es asunto nomás de lo que ha hecho o no ha hecho AMLO, esto tiene décadas de atraso y omisión.Y más allá de la asertiva tendencia de los #Fridaysforfuture … por parte de una niña, es importante destacar así a la distancia y en el contexto global de la Cumbre del Clima de la ONU que México (más allá de redes, tendencias y selfies) es el país que más dióxido de carbono emite en América Latina y el undécimo en el mundo (490 toneladas), también no debemos olvidar la cantidad de activistas ecológicos silenciados (la mayoría de ellos indígenas), según señaló la asociación Global Witness, organismo que también registra a México como el cuarto país más peligroso para defender la tierra.La niña sueca Greta Thunberg quien dejó de ir a la escuela todos los viernes para ir a manifestarse al Parlamento Sueco al respecto del calentamiento global, ha resultado -pese a ella misma- un fenómeno global que afortunadamente ha derivado en movimiento concreto (vamos a ver qué pasa) y a su vez, es un fenómeno de la era de los smartphones y redes sociales, herramientas que han servido de manera asertiva para transmitir un mensaje urgente a los líderes globales. La figura de esta niña no solo nos habla sobre un futuro de exterminio humano sino resolvemos ahora mismo, también nos habla del uso de las nuevas tecnologías con articulación y contenido. Valdría la pena remover un poquito el ego mundial que nos aqueja -síntoma del exceso de streaming- para tomarnos el tiempo de pensar. Ajá. Y construir contenidos. Acciones verdaderasEl fenómeno de Greta Thunberg también nos enseña el poder orgánico, sin vanidad , de transmitir un mensaje consciente y asertivo, por eso resulta tan paradójica la imagen de la senadora mexicana Verónica Delgadillo tomándose fotos en NY (¿Por?) a unos metros de Thunberg (que ni cuenta se da) quien precisamente le ha dicho a los políticos que no espera que se tomen fotos sino que hagan acciones.¿Entonces? El chiste se cuenta solo.