Mientras en Palacio Nacional este mediodía el presidente López Obrador recibe al Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y a la asesora de Seguridad de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall, en la frontera norte 11 mil migrantes están a la espera de que se les conceda una entrevista para pedir asilo, y una caravana de nueve mil personas han iniciado su caminata en el estado de Chiapas, donde esperan conseguir permiso para transitar por México para llegar hasta los Estados Unidos.El problema migratorio es complicado y de ahí la conversación telefónica urgente de la semana pasada entre el presidente Joe Biden y López Obrador, que concluyó con la decisión que Blinken y Mayorkas estén por enésima ocasión en nuestro país tratando de encontrar solución al rompecabezas de los migrantes.El pasado 24 de septiembre el Papa Francisco, con motivo de la Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados, dijo que “Migrar debe de ser una elección libre y nunca la única posible. Lamentablemente, la miseria, las guerras y la crisis climática obligan a muchas personas a huir, por todo eso estamos llamando a formar comunidades dispuestas y abiertas a la acogida”. Un mensaje que sale desde el corazón y con la mejor intención, pero muy difícil de llevar a la práctica, cuando son millones las personas que intentan ubicarse y encontrar un mejor futuro. El mismo Papa, en su mensaje navideño, reconsiderar la posición anterior y en su llamado, en lugar de disposición “a la acogida” a los países de tráfico y destino de los migrantes, pidió a los gobiernos de América se ocupen “de resolver las desigualdades” y afronten “el doloroso fenómeno de las migraciones”. El Papa Francisco habla de la esperanza de “Que el hijo de Dios, que se hizo un niño humilde, inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, para hallar soluciones idóneas que lleven a superar la disensiones sociales y políticas”.De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), durante el mes de noviembre se detuvo en la frontera con México a poco más de 242 mil migrantes, además de reportarse un repunte histórico en las dos primeras semanas de diciembre, lo que fue calificado por el Departamento de Estado como una “migración sin precedentes” que obliga a tomar decisiones mayúsculas.Las ya frecuentes y familiares visitas de Blinken y Mayorkas a Palacio Nacional -por temas de drogas y migración- parecen innecesarias, ya que no se han encontrado procesos, protocolos o pasos a seguir para evitar que multitudinarias caravanas de personas lleguen por la frontera sur de nuestro país con la intención de llegar hasta el río Bravo para cruzarlo y buscar llegar a la tierra prometida en busca del sueño americano.Lo único que pueden “pedir” Blinken y Mayorkas es que se cierre herméticamente -que se clausure- la porosa frontera sur y que aplique un detallado y minucioso proceso de acceso a México para el comercio y las personas -como sucede en la frontera norte en Estados Unidos-, que realmente impida que continúen transitando las multitudinarias caravanas de migrantes, en la medida que se apliquen medidas de desarrollo regionales en los países generadores de migrantes. En el futuro inmediato no se vislumbra otra solución.¿Usted, qué opina? daniel.rodriguez@dbhub.net