La verdad, no es que la gente en Jalisco ansiara tener candidatos para 2024. Aquí ocurrió lo que en todo el país porque el Presidente López Obrador y Morena adelantaron las elecciones para mantener el control mediático del discurso público, pero finalmente ya se configuró el escenario: Pablo Lemus es el candidato oficial y la diputada Claudia Delgadillo es la abanderada de oposición. Esa es la disyuntiva.Hace algunos meses existió la posibilidad de una elección a tercios, pero la dinámica del Frente Amplio por México se hundió por el juego de intereses de los tres partidos políticos que lo integran. No tienen todavía un acuerdo para definir candidatura y para cuando lo consigan, el tiempo será insuficiente para recuperar la posibilidad de competir. Sea quien sea que represente a la coalición opositora nacional, la apuesta está echada para que apenas haga un papel testimonial. Lo que más preocupa a los tres partidos es el registro, las diputaciones locales, las pocas alcaldías que puedan alcanzar y naturalmente, las prerrogativas que sumen con la votación obtenida.Pasó desapercibida la convocatoria a la ciudadanía en la academia y las organizaciones civiles que en el origen del movimiento, dieron cierto sentido a la coalición que unió a partidos políticos adversarios para proponer un proyecto de nación mejor que el de la 4T.De Pablo Lemus, regresando a la cuestión estatal, hay más vasta información; él mismo se oferta como la continuidad del alfarismo y en la actual etapa de precampaña sostiene que defenderá el legado de Enrique Alfaro Ramírez. Hasta ahora es su mayor oferta pública.¿Y Claudia Delgadillo? ¿Cuál será su sello?A pesar de que para ella ya es un sonoro triunfo político ser la candidata de una coalición encabezada por Morena, tiene ahora enfrente el enorme reto de hacerse escuchar y sobre todo, hacerlo con sentido.Lo más fácil será, cómo ya acostumbran los morenistas y sus aliados, criticar al Gobierno en turno; destacar la inseguridad y los desparecidos. Explotar, en síntesis, los motivos del descontento. Y los hay.¿Y las propuestas, las soluciones?Los programas sociales que tanto le han dado a ganar al Gobierno de López Obrador ya se aplican y millones de jaliscienses son beneficiarios, así que no es mérito suyo.La gran tarea de Claudia Delgadillo será convertirse en candidata de hecho y no sólo de designación.¿Apostar a que es mujer y apelar a la elección femenina? No le alcanzaría, aunque no perderá la ocasión de empatarse con la candidata presidencial con quién comparte incluso el nombre… es sólo cuestión de días para que las bardas presenten algo así como “En Jalisco #TambiénEsClaudia”.Pero como ya se ha comprobado en numerosas elecciones, pesará el voto de castigo y en este momento, esa puede ser una desventaja mayor para la candidata morenista porque es auténtica la percepción de que existe en Jalisco un ánimo social por impedir la llegada de Morena y su proyecto a una gestión de Gobierno estatal. No se trata de un mito.De la consolidación de un proyecto y su discurso público, dependerá que trascienda o se quede en anécdota electoral.