Viernes, 29 de Noviembre 2024

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Claudia Delgadillo, un retrato hablado 

Por: Jonathan Lomelí

Claudia Delgadillo, un retrato hablado 

Claudia Delgadillo, un retrato hablado 

Una mujer se acercó a Claudia Delgadillo para quejarse por un cobro excesivo del SIAPA. -¡Cómo así, madre santa! -le respondió la entonces regidora tapatía-: ahorita nos van a escuchar estos cab... Ven, muñeca.

Camino a su oficina sacó su celular y buscó entre sus contactos. Mostraba casi tanta indignación como la mujer.  

Esta anécdota retrata a Claudia Delgadillo, ex priista y abanderada de Morena por la gubernatura de Jalisco.  

Creció en la Colonia Independencia de Guadalajara. Era vecina del ex gobernador Aristóteles Sandoval, de quien fue muy cercana; ambos egresaron de Derecho en la UdeG. Claudia también se formó políticamente con Leonel Sandoval, padre del ex mandatario y magistrado en retiro.

Dicen que Aristóteles Sandoval ganó la alcaldía de Guadalajara en 2009 gracias en parte a la operación política de Claudia con los sectores populares en el oriente. De ahí el mito de su cercanía umbilical con las bases y liderazgos barriales del PRI.

Durante dos décadas, el PRI le dio todo: cargos en organizaciones obrero-campesinas, comisiones partidistas, la Secretaría de Desarrollo Social de Guadalajara, una diputación local (2012-2015) y otra federal (2015-2018). Pero le negó lo que más deseaba: la candidatura a la alcaldía tapatía. Cuando el PRI se la negó en 2018, abandonó la campaña de José Antonio Meade para la Presidencia y brincó a Morena, invitada por Carlos Lomelí, para cumplir su sueño.

Ese mismo 2018 Claudia perdió Guadalajara como candidata de Morena con 28% de los votos ante Ismael del Toro de MC, que obtuvo el 37%. Más de cien mil votos de diferencia. El mito de Claudia Delgadillo y la Guadalajara profunda se fracturó. Sin embargo, ella atribuyó su derrota a que se sumó tarde a la campaña y cambió de caballo a media tormenta electoral.

En 2021 quiso repetir su postulación por Guadalajara, pero perdió la encuesta interna ante Carlos Lomelí (uno de los políticos con más elecciones perdidas en la historia reciente de Jalisco). Entonces Claudia se enlistó como candidata a diputada federal por el Distrito 11 de Guadalajara. Ganó por dos mil votos a Edith Mujica de MC.

Tan pronto ocupó su curul federal bajo las siglas de Morena, Claudia Delgadillo migró al Verde, refugio de muchos ex priistas locales, incluida su ex vecina y amiga de toda la vida, Mónica Kleopatra Sandoval, hermana del finado Aristóteles.

Sus cercanos le reconocen capacidad para pactar, construir acuerdos, oler el poder y conectar con la gente. Es madre jefa de familia. Enfrentó complicaciones de salud que superó gracias a la donación de un riñón de su hermano Roberto Delgadillo, emecista que apoya a Pablo Lemus.

Los Delgadillo fueron vinculados a Luis Oswaldo Espinoza, fundador de Asesores Jurídicos Profesionales, quien desfalcó a más de mil 300 personas por casi dos mil millones de pesos. Tras el suicidio del defraudador, ambos se dijeron sus víctimas pese a la cercanía y amistad que se profesaron.

En resumen, Claudia Delgadillo carga un ADN priista de proximidad, abundante en diminutivos, micropolítica de puerta en puerta y gestiones personalísimas. Allí radica su virtud y su defecto: aborda un problema desde una visión individual e inmediata por encima de una reflexión estructural. Significa que es una política a la que no le importa combatir una ciclovía para hacer eco de los vecinos inconformes que le pidieron ayuda. Que se desenvuelve mejor en un mitin masivo que en un foro académico sobre el agua o la corrupción. Por eso conecta con el neopriismo morenista.

“En Jalisco también es Claudia”, dicen en Morena. Tiene el nombre, pero aún es insuficiente. Jalisco no es el Distrito 11. 

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