Dada la relevancia de lo que ocurre en el ámbito político y social a nivel nacional, estoy plenamente convencido de la urgente necesidad de que las distintas organizaciones que concitamos la participación política de muchos miles de ciudadanos y en general la sociedad civil formemos una gran alianza para impulsar a los partidos políticos con claro carácter progresista y sobre todo democrático, ya que además de los temas a mediano plazo, es imperativo unirnos en defensa de las ministras y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y muy particularmente cerremos filas en torno a su presidente, la valiente y honorable Norma Lucía Piña Hernández, quien está siendo víctima de una cruenta andanada de agresiones de todo tipo, vituperios y feroces ataques con el principal objetivo de hacerla caer, para “doblarla” -como también dicen algunos-, a fin de tener el camino libre hacia sus más obscuros intereses que no son otra cosa que gobernar sin contrapesos, sin rendir cuentas, sin que se les corrija, y pasando por encima de leyes y normas establecidas sólo para perpetuarse en el poder.Todo lo anterior fue expresado abierta y públicamente en el evento ocurrido el pasado jueves en Guadalajara, Jalisco, al que acudió la senadora Claudia Ruíz Massieu, concitada para brindar una conferencia con el tema “Gobiernos de Coalición y Participación Ciudadana” a invitación de la Agrupación Política Nacional Plural «Confío en México», que me honro en presidir.En el patio central de la Cámara Nacional de Comercio de la ciudad, abarrotado por más de 600 personalidades, entre los más relevantes integrantes de los órganos de dirección de la Agrupación Política Plural, propios miembros así como destacados invitados especiales entre los que se encontraban militantes y ex militantes de partidos políticos, pero mayormente mujeres, jóvenes, empresarios, académicos, dirigentes y miembros de diversas organizaciones civiles, expuse la imperativa necesidad de que el Poder Legislativo Federal se mantenga autónomo y brinde su apoyo al Poder Judicial de La Federación, que en estos momentos se ha tornado en el nuevo objeto de destrucción que el titular del Poder Ejecutivo de la Nación tiene en la mira al considerar que le estorba.Ante el selecto auditorio y muchos representantes de medios de comunicación que lo han difundido, insisto en cuanto a que la sociedad quiere una transición real, y que dicha transición no será sino hasta que exista un real Gobierno de coalición -del que han venido hablando reiteradamente la mayoría de quienes aspiran a ser considerados en el proceso de selección para obtener la candidatura presidencial por la posible Coalición Va por México-, pero con un ingrediente muy importante de participación de la comunidad, no solamente en la construcción de una candidatura sino en la construcción de un Gobierno en el que quepamos todas y todos, aunque pensemos distinto, pero que nos una algo fundamental que sea México como un país confiable.Dejé muy claro lo que la gran mayoría de ciudadanos piensa:Ya no queremos gobiernos encabezados por iluminados, por quienes se suben al ladrillo y se quedan en las nubes y se consideran a sí mismos como dioses omnipotentes alejados de realidad del pueblo.Gobiernos que tengan equilibrio, con respeto a la división de poderes, con respeto al Poder Judicial, con respeto al Legislativo, un Legislativo que sea equilibrio del Poder Ejecutivo y Judicial, que siga siendo el garante del Estado de derecho y legalidad en México, del imperio de la Ley.No queremos el riesgo que hoy vivimos de una tiranía, de una monarquía disfrazada de republicanismo, en la que sólo manda la voz de un enano en Palacio de Gobierno, alguien que está a punto de romper con el equilibrio global y que tiene al país sumido en un camino incierto.Y en el mismo escenario compartí una reflexión:Estamos contentos, sí, porque tenemos una Suprema Corte de Justicia de la Nación encabezada por una mujer que ha demostrado pasión social por el país, apego al derecho, amor a las leyes y la Constitución, pero tenemos un grave riesgo, que queremos evitar.Queremos decirles a las y los senadores que no permitan que el amedrentamiento, el hostigamiento, las amenazas, el intento de lapidar políticamente, inicialmente a la Suprema Corte, haga que las ministras y ministros, sobre todo la presidente Norma Piña, se doblen.Tienen en puerta una decisión muy importante -y aquí hago énfasis-, no debe permitirse que la Corte se venza y declare adecuada, sino que al respecto declare nula la sesión espuria que sin mayoría y sin cumplimiento de quorum y sin apego al procedimiento legislativo senatorial, sesionaron en lo obscurito, entre cuates, entre amigos para modificar normas, leyes que no solamente afectan a la sociedad, afectan a México.Si se permite que se declare efectiva esa sesión, dejaremos la puerta abierta con un gravísimo precedente, habrá el riesgo de que una minoría inadecuada, ilegal, solamente ellos, declaren juicio político a las ministras y ministros, declaren que ya no son ministros, los saquen por la fuerza del Palacio del Poder Judicial, e impongan a nuevos personajes para que dicten justicia a su modo, y lo grave del asunto es que en ese momento el país estaría en manos de un monarca absolutista, se estaría concretando un auto golpe de Estado que no podemos permitirnos.Como ya lo comenté antes, solamente una mente enferma puede ser capaz de pensar en desbaratar de un plumazo toda institución republicana y federalista para convertirse en un tirano a sabiendas que no habrá nada que se lo impida, dado que puede hacer uso pleno de las fuerzas castrenses y con dicho presunto alevoso respaldo, perpetrar una asonada, y además destituir, perseguir, e incluso encarcelar a integrantes de las funciones judicial y legislativa del poder público del Estado, cumpliendo el anhelado sueño de “su mundo ideal”, que no es otra cosa que su propia dictadura.De hecho, lo más delicado es que se estaría tratando de incoar a ministros y ministras juicio político desde la Cámara de Diputados o el Senado, sin tener la mayoría necesaria para ello, activando un burdo e ilegal esquema de destitución, y ordenando lo que deba hacer la Fiscalía General de la República (FGR), contando además con el apoyo de la Guardia Nacional, separar del cargo e incluso por la fuerza sacarlos de su recinto a las y los ministros de la Corte para después declarar que ya no existen esos nombramientos y, sin nadie que se los anule siendo juez y parte designar a nuevos ministros del Alto Tribunal para tener un nuevo Poder Judicial a modo y le avale todas sus ocurrencias al sujeto que vive en Palacio Nacional y todo ello con el apoyo de las Fuerzas Armadas, a las cuales ha venido alimentando, maiceando y sobornando para que estén de su parte en esto que sería ya un golpe de estado fraguado desde el Ejecutivo y con resultantes funestas, entre ellas, el evitar la elección de 2024.opinión.salcosga@hotmail.com