Hemos sido turistas en el metaverso. Hace algunos días, durante la celebración de Intermoda en la Expo Guadalajara, fuimos invitados a conocer de primera mano la realidad virtual. Nos montaron los grandes visores, tomamos un par de controles, uno en cada mano, y durante varios minutos recorrimos paisajes insólitos, escenas imposibles, juegos interactivos e incluso fuimos testigos de primera línea de una persecución entre policías y malandros.Todo con la sensación de que estábamos ahí, aunque no fuera cierto.Es el metaverso, ese universo que nació cuando dos dispositivos digitales tuvieron la capacidad de conectarse entre sí y que a partir de ahí ha crecido y ha detonado en una evolución fascinante de gráficos, sonidos, proyecciones, comunicaciones y recientemente la incorporación de la Inteligencia Artificial (AI), que como se ha visto en el llamado ChatGPT, es capaz de crear textos y argumentos sobre cualquier tema con gran calidad en el contenido y en la forma de redactarse.Es una locura.El consuelo es que en el centro de todo eso afortunadamente sigue el hombre; hasta ahora todo el metaverso sirve al ser humano.Seguramente las aplicaciones serán muchas porque apenas nos estamos adentrando en un universo que se antoja inmenso.Y como aficionado al cine, y padre de un par de talentosos cineastas, me pregunté cómo sería el futuro del Séptimo Arte pensando en mezclar los componentes digitales que ya existen hoy en día.Y el ejercicio es fascinante.Imagine que usted contrata una película, una gran realización de un productor y un director muy afamados y que es un éxito a nivel mundial.Usted llega a su casa, se sienta y… problema, no hay actor o actriz principal.Y es que resulta que por medio de la realidad virtual y de la Inteligencia Artificial el personaje principal es usted.Usted mismo.Y al ver la película lo que va a ver es a usted desarrollando la trama, actuando con calidad de Oscar, y usted como observador es parte de la película y siente y vive lo que sienten y viven los personajes. La Inteligencia Artificial ha conseguido suficiente información sobre usted para clonarlo impecablemente en la película, y la calidad de gráficos y reproducción de paisajes derivan en una experiencia inigualable.Muy real.Hoy en día ya es posible hacer esto, y así el cine seguiría siendo esa gran fábrica de sueños, abierta a grandes guionistas y directores y los únicos que de alguna forma saldrían sobrando son los actores porque el actor o la actriz es usted.La única pregunta que queda en el aire es: si la película es tan buena y está tan bien actuada..., ¿a quién le van a dar el Oscar?