La actual y siguiente administración en México no solamente tendrán que continuar enfrentando las consecuencias de la violencia que se ha desatado en nuestro país, sino también de la posición que asuma el siguiente régimen en Washington, que muy posiblemente será de origen republicano. Y hablo de enfrentar, porque la corriente de ideas que surgen al seno de los precandidatos a la presidencia de ese partido, todas están enfocadas en la lucha contra las drogas y combatir el problema de manera frontal desde su origen y procedencia, lo que significa que tienen la ‘mira puesta’ en nuestro país.Los mensajes irracionales que llegan del país vecino esta semana así lo demuestran. En el debate republicano del martes pasado en California los aspirantes republicanos lanzaron sus ilógicos comentarios amenazadores. La ex gobernadora de Carolina del Norte y ex embajadora de EE.UU. ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), Nikkie Haley, aseguró que “Lo que haremos es asegurarnos de ENVIAR NUESTROS (equipos de) OPERACIONES ESPECIALES (a México). Eliminaremos los cárteles y eliminaremos sus operaciones”. ¡Así de fácil! Además de agregar que “México no está siendo un buen socio como se ve cuando permiten que los cárteles se salgan con la suya”.El gobernador de Florida, Ron DeSantis -otro de los aspirantes-, rebuznó en el mismo tenor. En caso de llegar a la Casa Blanca, voy a utilizar al ejército estadounidense para perseguir a los cárteles de la droga mexicanos. Están matando a nuestra gente”, haciendo referencia a los 75 mil norteamericanos que el año pasado murieron a consecuencia de sobredosis.En el mismo tenor habló el millonario de origen indú Vivek Ramaswamy, quien dijo, “Tenemos que utilizar a nuestro ejército para cerrar los huecos estilo suizo que tiene nuestra frontera sur”. Este último comentario fue más racional cuando se refiere a territorio estadounidense, aunque en el pasado ha señalado que estaría de acuerdo en realizar operativos en nuestro país para combatir el problema.Otro de los precandidatos, el exvicepresidente Mike Pence, ha sido más moderado y ha establecido que la manera de enfrentar el problema es con sanciones económicas a México para obligar al gobierno a tomar acciones más severas para la producción y distribución de drogas. En esto último coincide el ex presidente Donald Trump -quien encabeza las preferencias republicanas para la nominación republicana-, quien no asistió al debate, pero que el mismo día ante trabajadores de la industria automotriz, dijo que “Tuvimos la frontera más segura de nuestra historia -durante su administración- ahora tenemos la peor frontera del mundo”.Recientemente, un colega conocido que reside en Washington, Armando Guzmán -quien ha trabajado más de 30 años como corresponsal en la capital estadounidense con Univision, Telemundo, TV Azteca y Grupo Fórmula-, señalaba que “La posibilidad de que un presidente de Estados Unidos ordene acciones militares en México es extremadamente remota…Hablar de invasiones armadas a México es una realidad tan remota como decir que pronto habrá viajes de fin de semana a Marte”. Los comentarios, ‘propuestas’, ‘iniciativas’ o ‘recomendaciones’ de usar al ejército nortemericano para combatir a los cárteles en territorio mexicano son argumentaciones falsas y ‘charlatanería política’, cuando en la realidad son solo temas de campaña para llamar la atención, pero que complican mucho el ambiente de la relación bilateral al crear más divisionismo, de lo que ya estamos ‘hasta el copete’. Lo que no es ‘charlatanería’ o amenaza y es una realidad, es la acción de la Cámara Baja norteamericana, que ayer por la tarde frenó para México 60 millones de dólares del Fondo de Apoyo Económico (ESF) -que afecta a organizaciones civiles y empresariales-, por considerar que hay falta de voluntad del Gobierno del presidente López Obrador para combatir el tráfico de fentanilo. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net