Si el Gobierno del Estado ya probó con inteligencia, tecnología y billetazos, y la inseguridad sigue marcando la agenda de los ciudadanos en Jalisco, entonces lo mejor para el Gobierno del Estado es dejar de ver, o más bien, mirar a otro lado para que el problema desaparezca.En serio es lo mejor. ¿Para qué te desgastas atendiendo a las familias de desaparecidos, los puntos de Jalisco que han sido cooptados por el crimen organizado, los homicidios del día a día, la crisis forense, las balaceras en pueblos mágicos y la violencia en general? Tú hazme caso: mejor voltea hacia otro lado.Relájate y háblame de lo que te gusta: generación de empleos, entrega de ambulancias, los murales que van a reestablecer el tejido social, las mochilas, uniformes y útiles escolares gratuitos… ¿Ya dije generación de empleos? Es más, comparte un mensaje de trabajo, esperanza y futuro como si estuvieras en asamblea nacional.Es que, en serio: ¿Cómo vas a permitir que un cardenal venga a decirte que hay retenes del crimen organizado en el interior de tu Estado? Peor aún: ¿Cómo vas a permitir que lo haga la Comisión de Derechos Humanos? ¿Pues quién se creen?No dejes que eso te afecte. Tú cierra los ojitos, desconéctate un rato de las redes sociales y no te desgastes. Acuérdate que ellos están en otra ruta. Ellos quieren que le vaya mal al Estado. Ellos no saben que los delitos se han reducido a la mitad. Y ojo: no lo dices tú, lo dice el Gobierno federal que casi no nos quiere.Tú sabes bien que las cifras y los datos pueden más que las palabras, y la realidad puede más que las mentiras siempre. Jalisco no solo está por debajo de la media nacional, sino en el lugar 18 de todo el país como uno de los estados en los que más avances hay en materia de seguridad.Si hay protestas por desapariciones, pide las vallas y cierras con llave Casa Jalisco. Si hay crisis forense, súbete un video a Facebook. Si el problema es por retenes, un desayunito con el cardenal. Y si agreden a una periodista, manda buena vibra y resuelve el caso en Twitter. Y ojo: si se junta todo, vete de gira. De nada, la verdad.La política del no pasó, aunque sí haya pasado. Porque no importa cuántas personas, públicas o no, se hayan topado de frente con retenes de jóvenes armados con fusiles más grandes y pesados que ellos mismos, desde la burbuja de la protección institucional y encerrados en el espejo de la autocomplacencia bien podemos hacer que eso no exista.Evidentemente, ningún Gobierno estará nunca de acuerdo en que los temas de seguridad cobren más relevancia que sus gestiones, obras y decisiones para salvar a sus habitantes de lo que sea que necesiten ser salvados. El problema es que, en una sociedad donde la gente desaparece y donde un grupo armado se establece a sus anchas en una carretera de libre circulación, nadie nunca va a soltar el tema.Y ese, a tres años de iniciada la administración, va a convertirse en el sello de la casa: cerrar los ojos a una realidad que, a todas luces, se ha impuesto a todos los esfuerzos que se han hecho por cambiarla.