Los “caballos de batalla” eran las monturas que antiguamente se destinaban a la lucha. El concepto, en sentido figurado, se aplica, por ejemplo, al argumento más trillado en una discusión o al tema más socorrido en una conversación. Despectivamente, en expresiones artísticas como la música o el cine, se califica así a las obras que con más frecuencia se repiten.Así, tanto las Danzas Sinfónicas, de Grieg, como la Sinfonía No. 8, de Dvorak, que acompañaron a la Obertura Mexicana No. 2, de Blas Galindo, en el séptimo programa de la Tercera Temporada 2022 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, el jueves en el Teatro Degollado, con la batuta en manos del director asistente Enrique Radillo, serían, en rigor, sendos “caballos de batalla”.Otro tanto serían, puestos en ese plan, ocho de las nueve sinfonías de Beethoven –la Novena se cuece aparte, obviamente–; diez o doce de las 41 de Mozart; otras tantas de las 104 de Haydn, las ocho de Schubert, las cuatro de Schumann o de Brahms o cuatro de las seis de Tchaikowsky, amén de varios conciertos para piano o violín, principalmente, y muchas oberturas o poemas sinfónicos: El Moldavia, de Smetana; La Danza de las Horas, de Ponchielli, etc.De cuantos “caballos de batalla” se tiene conocimiento, hay, felizmente, merced a la discografía y a plataformas como YouTube y similares, infinidad de versiones de referencia, especialmente en la medida que el Siglo XX gradualmente dejó de ser la era de los compositores y pasó a serlo de los directores y las grandes orquestas que dejaron para la posteridad sus monumentales registros sonoros.Felizmente también, el catálogo de las versiones de referencia se enriquece todos los días. Así, los melómanos comparten con sus camaradas sus hallazgos formidables, lo que pone al alcance de casi todo mundo interpretaciones magistrales de obras consagradas. Verbigracia, la Cuarta Sinfonía de Brahms, con la Orquesta Sinfónica NSK, de Tokio, dirigida por Ryusuke Numajiri, o la Novena (“Desde el Nuevo Mundo”) de Dvorak, con la Eliska & Kyushu Symphony Orchestra, dirigida por Radomil Eliska, o la Cuarta de Tchaikowsky, con Vasily Petrenko, uno de los mejores directores jóvenes de la actualidad, al frente de la Filarmónica de Oslo.El Concierto de la OFJ, por cierto, se repite, como de costumbre, este domingo en el Teatro Degollado, a las 12:30 horas.
