Al Presidente Andrés Manuel López Obrador se le podría volver a aparecer hoy la mafia del poder, en la tierra de Benito Juárez, su más admirado prócer.No la del PRIAN, ni la de los empresarios rapaces o la de los gobiernos neoliberales. Será la otra mafia del poder. La que representan las dirigencias sindicales del sector más radical de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que quieren de regreso todas las canonjías y privilegios con los que manejaban a su antojo las escuelas públicas, sobre todo en el Sureste del país, donde se registran los más bajos niveles educativos de México.Al Presidente se le abre así una decisiva disyuntiva, que será una muy delicada prueba para el Gobierno de la autollamada cuarta transformación: si se volverá a entregar el tráfico de plazas magisteriales y el control administrativo y económico del sistema educativo a la CNTE; o se erigirá como un Gobierno que tendrá la rectoría de la educación y que no cederá a los chantajes de quienes fueron sus aliados electorales, aún con el riesgo de perder el apoyo popular que esto podría significar, incluyendo el de una eventual escisión de los 40 diputados de Morena que pertenecen a la CNTE.Un adelanto de la postura que asuma la escucharemos en su mañanera de hoy, opine o no del asunto. Aquí más que nunca, aplicará aquello de el que calla, otorga. Y más, si efectivamente la rueda de prensa de hoy ocurre en la comunidad de Guelatao de Juárez, Oaxaca, territorio de la CNTE a donde acudirá a conmemorar el natalicio de su héroe favorito.Desde luego lo deseable es que AMLO apoye las negociaciones que sus diputados han hecho con las bancadas de oposición para enriquecer la iniciativa con la que se busca derogar la reforma educativa que promulgó el Gobierno de Enrique Peña Nieto en 2013. En el dictamen que ya se tenía negociado ayer, y que incluso vieron con buenos ojos organizaciones como Mexicanos Primero, se mantenían instrumentos de evaluación para los maestros y el control del Estado de las plazas magisteriales, situación inaceptable para la CNTE que ayer lo demostró con el secuestro de la Cámara de Diputados y de Senadores.Hoy es cuando López Obrador debe emplear todo su capital político y su inmensa popularidad, para poner un alto a la CNTE en beneficio de la educación de las niñas y los niños de este país. No puede permitir que lo vuelvan a doblar como pasó en enero, cuando líderes y maestros de la Coordinadora bloquearon vías férreas en Michoacán por presuntos adeudos con los que además de obtener del erario dos mil millones de pesos, ocasionaron pérdidas multimillonarias a la economía nacional. Abrir nuevamente la puerta a esta mafia del poder nos saldría mucho más caro. Veremos.jbarrera4r@gmail.com
