Pues bien, ya nos dieron una probadita de lo que es la democracia lopezobradorista. El presidente mandó una iniciativa preferente con una Contra Reforma Eléctrica a la cual pidió no se le cambiara ni una coma. En la Cámara de Diputados pasó como cuchillo caliente en mantequilla tibia dada la mayoría de Morena y en la de Senadores pasó lo mismo, de hecho, los legisladores morenistas y sus aliados se opusieron siquiera a discutirla y escuchar a los opositores porque ya la tenían ganada. Ni importa que el resultado de todo esto amenace el medio ambiente en el que todos respiramos; tampoco que los precios de la electricidad, si se quieren mantener, requerirán de subsidios por parte de las finanzas públicas; menos que la competitividad de la industria se vea mermada y con ello se pongan en peligro nuestras exportaciones y los empleos que estas generan y mucho menos que se esté golpeando la confianza de los inversionistas y violando el T-MEC y varios acuerdos internacionales en materia de cambio climático. Lo único que importó fue hacerle caso al gran demócrata, López Obrador, cuya urgencia por quemar el combustóleo que le sobra a PEMEX no entiende de razones.Nunca ha sido inteligente resolver un problema creando cinco más, pero ese es nuestro presidente, el que cree que por su control político, las puede todas.Si esto fue sin tener control absoluto del Congreso y con la mayoría de los estados gobernados por la oposición, ¿se imagina del tipo de democracia que tendremos cuando Morena y sus aliados incondicionales controlen el Congreso y una mayor cantidad de gubernaturas? Poder absoluto sin inteligencia aplicada.Hoy podemos afirmar que el gobierno de AMLO no ha sido eficaz para cumplir lo ofrecido: no controló el huachicol, no mejoró la seguridad, no acabó ni redujo la corrupción, no ha manejado bien la pandemia, no ha conseguido suficientes vacunas y no ha dejado de aumentar la deuda. Todo esto llevará irremediablemente a que cuando el gobierno tope con la realidad, quede orillado a radicalizarse en su populismo y esto llevará irremediablemente a recurrir al Congreso para que le cumplan sus caprichos, sin importar que generen más problemas.Olvídese de finanzas públicas sanas, de no subir impuestos, mantener un régimen de libertades o mejorar el nivel de vida y las oportunidades de los mexicanos.Nos acaban de dar una probadita, es solo un botón de muestra de lo que se nos viene. Al tiempo.Por Sergio López RiveraLa pandemia del COVID-19 ha obligado a aislar a la población a fin de evitar contagio, que fue como se propagó por el planeta. Los gobiernos enfrentan ese difícil dilema en apariencia, pero incuestionablemente las vidas no pueden compararse con el bienestar económico. La velocidad de contaminación ha sido espantosa y los gobiernos han sido obligados a imponer controles imposible de imaginar hace pocos meses. A pesar de los cambios en el comportamiento humano y en el de la economía, sin duda alguna la pandemia obliga a repensar la estructuración social y económica de la humanidad. Conocedores del tema ya habían anticipado que el neoliberalismo a ultranza que se entronizó a raíz de la caída del mundo comunista, causaría graves injusticias sociales y económicas y así ha sido, pues la riqueza mundial se concentró en más del 90% en unas pocas manos, no más de tres mil empresas o individuos super ricos. El resto de la humanidad se pauperizó exponencialmente tanto a nivel de países como de individuos.Esta circunstancia que se vive actualmente nos obliga a replantear una sociedad humana con un rostro más auténticamente humano y una distribución de la riqueza más equitativa, por supuesto que a través de la facilitación de oportunidades y trabajo a las personas, de ninguna manera como una mera dádiva, e igualmente los países más ricos deberán abandonar esa actitud soberbia de ser los poderosos, o en palabras del más nefasto de los líderes actuales, Trump, “América first”. Ese discurso soberbio y digno de la Alemania hitlerista debe desaparecer de las relaciones entre países y se deberá encontrar la o las fórmulas que permitan una mejor distribución de la riqueza y del trabajo entre países avanzados y los menos desarrollados. Es la tarea que los nuevos líderes tienen frente a ellos una vez pasada la pandemia. Como dice la Doctrina Social de la Iglesia, “Que no haya países que ostenten y gocen de lo superfluo, mientras haya países que carecen de lo necesario”.Por Carlos Cortés VázquezTransitamos hacia un momento clave al coincidir elecciones con la pandemia que afecta la salud humana sin encontrar la fecha precisa de contar con vacunas eficaces contra el mal que continúa cobrando vidas y saturación de clínicas y hospitales. La verdad, en su más amplio sentido, se advierte como imprescindible en las personas propuestas a ocupar cargos públicos en gobiernos estatales, poderes legislativos y municipales.Son muchos los aspirantes y todos deberán apegarse a la verdad, en promesas, propuestas y factibilidad albergadas en el fenómeno social de salud y prosperidad con trabajo digno. Por todo ello, las elecciones adquieren importancia inusitada en la decisión del voto el 6 de junio por quienes tengan las cualidades para ocupar un sitio con inteligencia, prudencia y honestidad.Dios nos guarde de la discordia.sicpm@informador.comPor Uriel Eduardo Santana“Alguien dijo, que toma unas seis semanas volver a la normalidad después de dar a luz… Ese alguien no sabe que después de dar a luz la normalidad jamás regresa”. Tomado del texto de Fernando Pérez Ramírez, en su “Modesto Homenaje” por el Día Internacional de la Mujer.Mi casa ha sido siempre modesta pero alegre, quizá porque en ella siempre han reinado inolvidables mujeres.Primero, en la ya lejana infancia, era la casa de mi abuela -doña Cuquita, la de la leche-. Lechería de antaño, con sus grandes tinas, la cofia y la bata blanca, las cántaras y grandes ollas de barro, donde se dejaban reposar los litros y litros, no vendidos en los días irregulares; para de ellos extraer jocoque por su gruesa crema, y lo demás convertirlo en panelas o algún otro sucedáneo lácteo, de regios sabores, pero magro resultado… ¡Verdaderas pérdidas! Nunca llegó a ser buen negocio, mal daba para comer. Pero -por doña Cuca y su carácter- jamás faltó pan a la mesa. ¿Cómo? Sólo ella y Dios lo sabían…Pasaron los años y la viejecita se fue apagando, mientras casi a la par Carmela, mi madre, se hacía con las responsabilidades heredadas. El negocio concluyó y partimos a la casa del tío Chava, hermano menor de mi madre y viudo. Ya estaba yo en los últimos años de la universidad, en prolongadas jornadas de trabajo y estudio; mi madre nos hacía casa a todos, y luego salí para casarme.Las casas con mi mujer, en Guadalajara, Mexicali, ciudad de México, Guaymas, La Paz… de nuevo la capital y el feliz retorno, primero a mi Guadalajara, y hace ya diez años, a la paz de La Paz. Casas grandes o pequeñas, climas tórridos o benignos, pero siempre con ideales e ilusiones… hogares con alma de mujer. Jardines de los que luego brotarían las bellas flores de mis hijas: Verónica, Giselle Alejandra y María Fernanda… orgullo y entelequia personal, y de mis hijos: Uriel Eduardo, Alfredo y Gildardo Enrique.Ahora las recuerdo, con el cariño, admiración, respeto y amor incondicional que ameritan nuestras mujeres: Madres, hermanas, amigas y compañeras, consortes, hijas y nietas… En su día, hoy y siempre con devoción.JL