Di muchas vueltas al tema de hoy. Me debatía entre abordar la crisis en Nuevo León para nombrar al gobernador interino y el caso de Patricio Pereyra, el adolescente que golpeó brutalmente a un guardia de seguridad en un exclusivo fraccionamiento de Puebla por negarle el acceso. Me debatía entre un suceso político y un hecho social. Hasta que descubrí que comparten un mismo origen.Explico ambos casos.Samuel García solicitó licencia como gobernador de Nuevo León para contender por la Presidencia de la República (como candidato prometió no hacerlo). Su decisión generó una crisis política.La nueva Constitución de Nuevo León, creada por el propio Samuel, faculta al Congreso para nombrar al mandatario interino. Sin embargo, el Legislativo neoleonés tiene mayoría del PRI y el PAN, por lo que impusieron al vicefiscal Luis Enrique Orozco que asumirá a partir del sábado (me ahorro la descripción del zafarrancho en el pleno del Congreso y la irrupción violenta de un grupo que ni el PRIAN ni los naranjas reconocen como sus seguidores).Samuel regresó por tres días como gobernador y se va de nuevo el sábado. Reclama que el PRIAN quiere imponer a un mandatario interino “y eso no es lo que escogieron los neoleoneses” que votaron por él. Mientras hace campaña, Samuel García quiere como interino a su secretario general de gobierno o alguno de sus secretarios de estado. Samuel acusa que “la vieja política” quiere imponer a un prianista.Ahora explico el caso viralizado de Patricio Pereyra.Jonathan Nolasco, el guardia de 19 años agredido, narró que Pereyra quiso ingresar al exclusivo coto por el carril de residentes, pero su tarjeta no funcionó. Entonces pidió que le abrieran. El guardia le explicó que no controlaba la pluma, lo que desató la furia del joven que descendió del auto y le propinó una golpiza que le fracturó la nariz.Paola Michelle Arellano, la mamá de Patricio, es agente de seguros, ha sido beneficiada de programas públicos de fomento al emprendimiento y fue integrante del Verde Ecologista de México en Morelos. En enero de 2022 apareció en un video viral, en donde golpea a una mujer.El padre del agresor, Carlos Pereyra, presente durante el incidente de su hijo, es un contratista del gobierno involucrado en otro escándalo viral en donde amenaza a un guardia privado del fraccionamiento por un hecho similar. En ese video, el señor alega que lo dejen pasar cuando él lo indique. “Puedo pagar la multa, lo que sea, y partirte tu madre”, le reclama al guardia. Es la misma lógica, en donde cualquier ley o norma comunitaria jamás se impondrá a mis deseos y caprichos, pero además de todo, tengo dinero y poder para pagar cualquier excepción.Samuel García y Patricio Pereyra tienen dos cosas en común: son el producto de una cultura mamada desde el seno familiar y político. Creen que sus caprichos están por encima de cualquier norma, en este caso un reglamento vecinal y la Constitución de Nuevo León, ¡a pesar de que las adversidades que enfrentan son producto de sus acciones! El primero carecía de una tarjeta de acceso vigente y el segundo abandonó la gubernatura para irse de campaña.El caso de Pereyra es un problema cultural con efectos a largo plazo, el de Samuel tiene un impacto a gran escala e inmediato. Uno encarna el poder nocivo de la colectividad y el otro el poder político de un individuo. Pero poder, al cabo, caprichoso. Uno encauzó su frustración por medio de la violencia y el otro por medio de la victimización, las mentiras y la propaganda política. Pero el origen es el mismo.