Estimado Enrique Toussaint, me llamó mucho la atención tu texto publicado en EL INFORMADOR, titulado “Elogio a un circunstancial”, término con el que calificas a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.Mucho de tu apalancamiento para este calificativo se da, según tú mismo explicas, por la reflexión de un amigo tuyo con ligas al priismo antiguo. De igual forma, bajo la luz de este comentario, se menciona que Jorge no era ni culto ni era un político refinado. Me gustaría hacer algunas precisiones y comentarios en torno a estos términos utilizados:Él entendió el cambio, leyó adecuadamente los tiempos y realizó acciones para estar acorde a los nuevos paradigmas que la Sociedad del Conocimiento ha traído desde hace algunos años.Por principio de cuentas, me llama la atención el uso de la palabra circunstancial, que aunque aclaras que no es peyorativa, creo que al verla, el imaginario la decodifica irreductiblemente como sinónimo de “casualidad”.Jorge no fue un accidente político, no consiguió las cosas por casualidad, él fue un actor protagónico inesperado. Coincido, pero valdría la pena preguntarse ¿quiénes eran los que no lo esperaban?, ¿quiénes fueron los sorprendidos y perplejos?La respuesta es fácil de encontrar, fue aquella generación de políticos estacionados en el pasado, distanciados de la juventud, de las nuevas tecnologías, de las nuevas causas sociales.Ser circunstancial es quedarte inmóvil en el contexto y con las condiciones que te tocaron vivir, pero Jorge fue todo lo contrario, observó su entorno y actuó en consecuencia. No hay mejor político que el “circunstancial”, el que actúa y no se duerme en las alcobas ideológicas de los anticuarios.Las circunstancias de su contexto fueron muy claras; había una generación anterior de políticos priistas que no hacían ni querían dejar hacer.Esas “figuras” estaban sentadas cómodamente como administradores eternos de las derrotas electorales. Ya no aprendían nada y veían con delezno todo lo que sonara a novedad.Tal circunstancia la cambió Jorge con ideales firmes que lo hicieron luchar por cambiar a su partido y no salirse de él; los derrotó y los derrotó en muchos sentidos, estaban congelados e incluso hoy permanecen en esa inmovilidad. El mismo Jorge Aristóteles lo señaló durante su última reunión política en donde estuvo acompañado de una generación de amigos leales en la lucha.Y es que no se puede entender el cambio generacional de la política en Jalisco sin Jorge, su apertura, su agudeza para estar pendiente de las nuevas ideas. Él era capaz de vislumbrar el futuro con perspicacia, lo que muchos no veían en lo inmediato, él lo entendía y sabía cuál era la ruta a seguir.“No era un político refinado” y “No tenía grandes ligas con la élite económica”.Estas afirmaciones denotan un dejo de clasismo, creo que para ser gobernante no hace falta ser refinado y ser amigo de la oligarquía, sino todo lo contrario, es imperativo estar cerca de la gente, Jorge siempre lo estuvo.Aristóteles tuvo una conexión muy especial con la gente con el pueblo de Jalisco; la empatía que generaba fue sin duda su mejor carta de presentación, era una característica innata en él y definitivamente creo que es más importante entender las necesidades de la ciudadanía que buscar ser refinado.Jalisco venía de tres sexenios en donde el sistema de transporte se estancó, ni los políticos “refinados” ni los “cultos” tuvieron la visión de Jorge para entender que la segunda ciudad más grande de México debía tener una obra de esta magnitud.Aristóteles la convirtió en una de sus principales metas, su labor de cabildeo fue crucial para que se llevara a cabo y hoy la metrópoli tenga una de las obras de infraestructura más importantes de las últimas décadas.El empleo y la economía también fueron vistos como una necesidad imperativa, Jorge consiguió récords de inversión y generación de empleos; comparado con los sexenios anteriores, Jalisco tuvo un exponencial crecimiento.Para los infantes y su educación también tuvo decisiones importantes, en educación primaria en la prueba Planea 2018 se pasó del lugar 20 de matemáticas al número 1 del país, se rompió el récord a la clase de robótica más grande del mundo y se tuvo uno de los programas más importantes de Latinoamérica en este ramo.Soy de los que pienso, creo y sé que la historia no se improvisa. El mayor mérito de Jorge fue romper la lógica del poder, creer y soñar, entender que la política la hace la gente y no los apellidos compuestos o los predestinados.Jorge no es un circunstancial, Aristóteles construyó un proyecto político que profundizó la democracia en Jalisco, garantizó la alternancia y nunca cedió a la tentación de perpetuarse de mala manera en el poder.El país se edifica todos los días, en cada instante y en cada lugar se va haciendo a México, en su caso Jorge hizo política, hizo gobierno y aportó a la construcción de un Jalisco muy diferente al que recibió en el 2012.