El jueves se votó y se aprobó en la Cámara de Diputados la ampliación de la presidencia del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La iniciativa se mandó al Poder Ejecutivo el viernes para esperar su aprobación. De esta forma, el ministro Zaldívar concluiría su presidencia en 2024 en lugar de 2022, como está señalado en la Constitución. La siguiente es mi opinión sobre el caso.Más allá de la polémica situación en la que se encuentra el ministro presidente, no se pueden pasar por alto las implicaciones de la misma. En primer lugar, si se cae a arbitrariedades como esta, se estaría marcando un precedente para que en cualquier momento el Gobierno en turno pueda extender o reducir el periodo de un alto funcionario a su gusto.Asimismo, fuera del hecho de estar a favor o en contra de la situación, no se puede negar la notoria contradicción entre lo que se pretende y lo que la Constitución misma señala en su Artículo 97: “Cada cuatro años, el pleno elegirá de entre sus miembros al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual no podrá ser reelecto para el período inmediato posterior”.Un sistema de contrapesos es esencial para el correcto funcionamiento de una democracia. Esto significa que si al día de hoy la mayoría del Poder Legislativo y el Ejecutivo tienen intereses alineados, el único contrapeso que se tiene para generar un balance se encuentra en manos del Poder Judicial. Es por esto que en el momento en el que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es otorgado un regalo de extender su mandato, debe rechazarlo por más tentador que sea.Como guardianes de la Constitución, los ministros deben ser los primeros en respetarla. Como se mencionó con anterioridad, el Artículo 97 es claro al momento de establecer que el presidente de la Suprema Corte durará cuatro años en su cargo y no podrá ser reelegido para el periodo inmediato posterior. Bajo esta tesitura, señalar que es constitucional extender el periodo de la presidencia de Arturo Zaldívar es inverosímil.Como ciudadano, me pregunto: ¿cuál es el propósito de ampliar dos años la presidencia de Zaldívar? ¿Acaso tiene alguna cualidad que ningún otro ministro tenga para ejercer el cargo de presidente de manera satisfactoria? Habrá que ver si el ministro presidente es verdaderamente un guardián de nuestra Constitución o si, por el contrario, favorece los intereses de unos cuantos. Merecemos vivir en un país en el que se respete y se cumpla la ley, y en el que nuestros funcionarios no sean partícipes de arbitrariedades.
