Hay momentos cruciales en que cada persona se plantea el interrogante de la propia vida.Y así como hay quienes no saben ni el qué ni el porqué de su andar por este mundo, también hay otras que muy sabiamente toman cada día como un aprendizaje que aporta cosas nuevas, o ideas brillantes a su existencia.Los niños van a la Escuela, los jóvenes a la Universidad, y los adultos, incluso ya muy mayores, tenemos la oportunidad de seguir aprendiendo cada día, lecciones que se nos presentan como páginas recién escritas en el rutinario acontecer de cada día.Es cierto que para algunos es más difícil porque les toca llevar a cuestas un trabajo o una situación a veces demasiado pesada.Y también sucede que en ocasiones se nos abren caminos donde la opción es determinante porque hay diversas posibilidades.En algunas circunstancias creíamos haber resuelto todo y de pronto un aluvión viene a trastocar nuestros planes y a darnos otra dimensión del futuro, golpeándonos en forma tan violenta que pareciera querer sacarnos de órbita.Es cierto que muchas de las situaciones no previstas, han venido a desconcertarnos y que aún no estamos exentos de la amenaza tan que tan duramente ha abatido a muchos.Pero aunque nos quedara tan sólo un día, siempre tenemos la oportunidad de aprender algo y de alegrar el corazón porque ese rayito de luz que nos ha llegado, es verdaderamente una bendición para nuestra vida.Y mientras vamos caminando por un sendero que más bien parece un campo minado, la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos, y sobre todo aprendizajes prácticos, es un privilegio que no podemos ni debemos desdeñar.Si mañana, al amanecer el nuevo día, vemos brillar el sol, podemos elevar las manos y dar gracias a Dios por la oportunidad nueva de seguir aprendiendo y volver a cantar una nueva canción.* * *No, obstante, es preciso tener en cuenta y muy seriamente, que si es muy nuestro el privilegio de aprender cada día, también tenemos el deber de “enseñar” a otros algo de la sabiduría que adquirimos, de la misma forma que quienes nos rodean han sabido compartirla dándonos un poco de la que cada uno ha adquirido.No es nada nuevo lo que estoy diciendo en esta ocasión, ya que lo hemos vivido constantemente a lo largo de nuestros días, meses y años… pero no siempre le hemos prestado mucha atención, y a lo mejor tampoco dedicación.Si tenemos estas ideas claras, muchos pensamientos grises se alejarían de nuestra mente, y dejarían espacio para otras cuestiones más agradables y alegres, en vez de recluirnos en un rincón oscuro de nuestro ser a lamentarnos por todo aquello que quisiéramos y no podemos hacer en el momento actual.Por lo tanto, concluyo con la invitación a reconocer la grandeza de la condición humana y dar gracias a Dios porque no ha puesto linderos a la inteligencia, sino que la puerta está abierta a lo nuevo, a lo bueno y a lo mejor.Por lo tanto, el tiempo presente es una gran oportunidad y es preciso aprovecharla, agradecer y compartir.