De acuerdo con el Latinobarómetro -estudio de opinión pública que aplica anualmente alrededor de 20,000 entrevistas en 18 países de América Latina y que representa una muestra de más de 600 millones de habitantes-, en el 2018 solo uno de cada cuatro latinoamericanos -25 por ciento- dijo estar satisfecho con la democracia en cada uno de sus países. Y a mediados de 2020 - seis meses de haber iniciado la pandemia del Covid 19- el problema sanitario aumentó el pesimismo sobre la democracia, desmoronando el crecimiento económico y el progreso social de la región, según documentó un artículo publicado por The New York Times, agregando que la situación “ha dejado mucha incertidumbre en torno a la capacidad de los líderes democráticos para resolver problemas arraigados, como la desigualdad, el crimen y la corrupción”.Recientemente Alessandra Pinna, investigadora para América Latina en Freedom House -que monitorea las libertades políticas globales- dijo que “no es un asunto de izquierda o derecha, es una disminución de la democracia en general en toda la región”.Bueno, pues el tema sobre la pérdida de democracia -concretamente en México- , ha sido abordado por los ex presidente Felipe Calderón y Ernesto Zedillo en los últimos días. Primero fue Zedillo -20 de octubre-, quien durante una conferencia en la Universidad de Chicago acusó de “golpe directo a la democracia” el golpeteo por parte del presidente a la Suprema Corte en un intento por quitarle recursos e independencia. Y la semana pasada, Felipe Calderón, quien en una reunión con ex presidentes latinoamericanos en República Dominicana advirtió que “México está en peligro y es una democracia a punto de caer...porque sus instituciones estaban bajo ataque constante del Presidente de la República”.Calderón dijo que la ciudadanía debe de intervenir “antes de que sea demasiado tarde. Tienen que bajarse al ruedo y dejar de ser observador...los autócratas populistas están atacando la democracia en América Latina; el peligro es la apatía”.La apatía a la que se refiere Felipe Calderón es el abstencionismo que los mexicanos hemos demostrado para cumplir con la responsabilidad civil de participar activamente en las elecciones. Y para muestra, solo demos un vistazo a los dos últimos comicios. En el 2018, para la última elección presidencial, sólo se registró una participación ciudadana del 62.62 por ciento de los casi 90 millones millones de electores registrados en la lista nominal. Y en 2021 en las elecciones intermedia, de los más de 93 millones que pudieron ejercer su voto, solo fueron a votar alrededor del 52 por ciento. Hablando en números redondos significa que en ambos procesos electorales alrededor de 40 millones de mexicanos no votaron y eso se llama apatía.Así que ante los constantes ataques de Palacio Nacional a los otros poderes de la Unión y ante la inconformidad de un gran sector de la ciudadanía por lo que está sucediendo en nuestro país, la respuesta está en nuestras manos, en la participación en las urnas, “antes de que sea demasiado tarde”, como dijo Calderón.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net
