Los vendedores ambulantes constituyen un problema socio-económico característico de los países en desarrollo con un alto índice de desempleo. Toda vez que en los países de primer mundo el Gobierno se encarga de otorgar un subsidio a los desempleados.Este fenómeno existe en nuestro país desde la época de la colonia y fuero españoles los primeros vendedores ambulantes que a su vez, heredaron esa actividad de los moros.Hasta antes de la gran depresión de que causó desastres en los Estados Unidos de América y también afectó seriamente a México al vendedor ambulante se le trataba con simpatía y muchas veces su paso era esperado por los clientes para adquirir mercancías o servicios sin necesidad de acudir a los mercados. Subsisten aún algunas reminiscencias de ese pasado romántico en los carritos de paletas, los afiladores de cuchillos que se anuncian con melódico silbato, los carros de camotes y plátanos tatemados que se anuncian con aguda nota musical en tono de “la” producida por vapor.En algunas barriadas se ven todavía los vendedores de “pirulí”, gallitos de dulce rojo y verdes, manzanas y tejocotes cubiertos de caramelo.En nuestros días se ha agudizado el problema al grado de que las autoridades municipales lo han estudiado, reglamentado y controlado ante la imposibilidad de acabar con él, por humanidad, pues no es posible extinguir la miseria por decreto.En efecto, los Reglamentos Municipales de Mercados, son los que establecen las zonas en que se les permite deambular y ofrecer sus mercancías o servicios. En el primer cuadro de la ciudad está prohibido operara a toda clase de vendedores ambulante , sin embargo, a veces, por disimulo de los inspectores, otras por la astucia proporcionada por el instinto de supervivencia y las más de las veces, por carta de recomendación de líderes sindicales, observamos en el primer cuadro no solo a vendedores, sino también a puestos semifijos que invaden las aceras destinadas al tránsito de peatones, tal como se podrá observar en la calle Hidalgo en la estrecha banqueta que quedó en la boca del túnel vehicular, en la acera sur de intenso tránsito de personas y en toda la zona peatonal.Un buen porcentaje de estos vendedores, lo constituyen los indígenas que vienen de poblaciones vecinas a ofrecer frutas silvestres, flores, hongos, cocuixtles y yerbas medicinales. Otro grupo está formado por campesinos recién emigrados a la ciudad que venden cualquier mercancía mientras consiguen trabajo y un tercer grupo formado por desempleados, mujeres y niños que venden chicles, papas fritas, dulces, toallas de papel sanitario y cientos de productos más. Hay además, los que se instalan en las glorietas y camellones, pequeños artesanos que exponen su producción, pintores, juguetes de peluche y otras cosas.Creo sinceramente que no es éste el momento para acabar con ese problema, porque no puedo aportar ninguna solución mejor que las que ya tienen las autoridades para controlarlos y evitar su proliferación, de cualquier manera resulta mejor soportar la presencia de algunos cientos de vendedores ambulantes que de mendigos.luisjcardenas2@hotmail.com
