El sistema electoral mexicano es uno de los más costosos del mundo, se ha repetido desde que el Gobierno y los partidos (es decir, la clase política profesional) argumentaron en la reforma política de 1996, la necesidad de que prevaleciera el dinero público sobre el financiamiento privado a los partidos mexicanos.El despilfarro del dinero de la sociedad, y el costo del sistema electoral y de partidos siempre es noticia y motivo de cólera e irritación social. Vuelve a hacerlo ahora que se acaban de dar a conocer los montos de dinero público que se entregarán a partidos el próximo año.Al nuevo partido hegemónico, Morena, le corresponderán más de 1,600 millones de pesos (mdp), 888 mdp al PAN, al PRI 837 mdp, 416 mdp al PRD, 398 mdp al PVEM, 381 mdp a MC y 365 mdp al PT. En total, son 4,885 para financiar las organizaciones que han monopolizado el acceso al poder público. Un dinero que ellos mismos decidieron, hay qué recordar.Como es año no electoral, el financiamiento público a los partidos bajó respecto al que se entregó este año con el financiamiento específico para actos de campaña. En 2018 se destinaron 6,572 mdp a los partidos.El derroche de dinero de toda la sociedad a los partidos, desde 1997 hasta este año es mayúsculo: 72,838 millones de pesos para mantener a las burocracias partidistas.A este gasto, hay que sumarle el costo del mantenimiento del sistema electoral tanto federal como en cada uno de los estados; más el costo del tribunal y la fiscalía para delitos electorales.Si bien no tengo una cifra precisa ahora, no es muy errado suponer que los mexicanos hemos pagado cerca de 500,000 millones de pesos (medio billón de pesos) para el mantenimiento del sistema electoral.Podemos imaginarnos fácilmente lo que ese dinero habría servido para pagar los asuntos sociales imprescindibles, como salud, educación, pensiones y ciencia.Somos un país capitalista de desarrollo medio con enormes carencias y necesidades sociales y por decisión e imposición de la clase gobernante profesional, se impone uno de los sistemas electorales más caros del mundo.¿En qué se han gastado casi 73,000 mdp los partidos? En mantener oficinas, el pago oneroso de burocracia, el gasto superfluo y suntuoso de sus dirigentes y delegados partidistas que suelen darse vida de lujo y derroche que incluye, además de sus altos sueldos, viáticos, comidas, autos, celulares y otras prebendas.Pagamos las costosas campañas electorales y el desperdicio de propaganda electoral, y se paga también las extensas estructuras de clientelas políticas.No sólo es un insulto, es a la vez cínico y paradójico que una buena parte de la sociedad se queja del mal desempeño de la clase política, y esta a cambio le impone a la sociedad que le pague un tren de vida oneroso y suntuoso, cuando la mayoría sufre carencias.Si queremos una verdadera democracia, una que no derroche nuestros recursos, tenemos que empezar por cancelar el dinero a los partidos y los partidos mismos. Tenemos que empezar a idear una democracia sin partidos y sin derroches de recursos indispensables para pagar las necesidades básicas de la sociedad.