Se acabó la Presidencia, el poder, el PRI , el presupuesto, las pensiones, la reforma educativa y su matrimonio. Enrique Peña Nieto perdió por goleada. Peor aún: fue un gran anotador de autogoles.Quiso mover a México, pero la realidad lo rebasó. Gastó más de lo que tenía: en dinero para la casa blanca y en capital político.Noticias de sus últimos días en Los Pinos hablan de la soledad y el abandono del Presidente. Pocos o casi nadie lo visita. Los reflectores mediáticos lo hicieron a un lado.Sus últimos dos meses en la residencia presidencial son también los primeros de un largo exilio y el fin de una época de linaje y poder tricolor.La pregunta que se hacen muchos es la misma: ¿Será realmente el último priista en cerrar la puerta?***Legislar debería considerarse una actividad “recreativa” en México.Los diputados, esos traviesos sobrepagados, tienen una idea —en el mejor de los casos— o plagian una ocurrencia y lanzan iniciativas inviables, costosas y disparatadas. No plantean leyes de forma que se generen políticas públicas sino decretos monárquicos.Un caso es el de la ley en Jalisco para impulsar el plástico biodegradable.La legisladora local Verónica Jiménez planteó en su recién aprobada reforma que el Estado cree una norma estatal única, que los ayuntamientos fijen multas, que Economía apoye con dinero y programas a productores, y que en 2020 seamos sustentables.¿No quieren también que cada tapatío cargue de una vez con un popotito de metal?Los fabricantes ya advirtieron un riesgo: cada Entidad está regulando con requisitos distintos y al final, productores con fábricas en más de un Estado tendrán que hacer un “chilaquil” de sus procesos productivos. Por eso piden una norma federal.Y mientras, ¿qué hacen en el Congreso de la Unión? Prohíben el plástico… en la Cámara de Diputados. Legisladores locales y federales de foto y copy paste.
