INoviembre de 1996. Las lesiones azotan al Southampton y el equipo se hunde en puestos de descenso. Su entrenador, el escocés Graeme Souness, busca algún sustituto en el ataque para completar la plantilla. Suena el teléfono: - Hola. Soy George Weah.El entonces futbolista liberiano del AC Milán era el vigente Balón de Oro del futbol mundial, y sugiere a Souness el fichaje de su primo, el atacante senegalés Ali Dia, seleccionado nacional de su país, y quien coincidió con Weah en su paso por el París Saint-Germain (PSG). Las recomendaciones de aquél ilustre interlocutor parecen suficientes para Souness. Horas después, Southampton le ofrece a Dia un contrato de un mes de prueba para evaluar sus condiciones futbolísticas.IIAli Dia llegó al club inglés un viernes y se puso a entrenar para ganarse un lugar en el equipo, que jugaba dos días después en casa contra Leeds United. Las primeras impresiones eran que tenía buena condición física y corría mucho, pero observarían mejor sus capacidades el sábado, en un partido de reservas contra el Arsenal. Sin embargo, el juego se suspendió por lluvia. Al día siguiente, día del partido contra Leeds, Ali Dia fue convocado para estar en el banco de suplentes del primer equipo. La noticia fue recibida por la plantilla con incredulidad, pero tampoco había muchas alternativas para un equipo desesperado y en racha negativa. IIIMatthew Le Tissier es una leyenda en Southampton, por su increíble calidad técnica y su fidelidad al club del puerto, pese a tener capacidad de sobra para jugar en los mejores equipos del mundo. Pero también era algo propenso a lesiones, y al minuto 32 de aquel juego contra Leeds pide su cambio por dolor en una pantorrilla. Su sustituto fue Ali Dia.El senegalés jugó 53 minutos embarazosos. Corría como pollo sin cabeza, “parecía Bambi sobre hielo”, recordó Le Tissier. Su técnica era inexistente, equivocaba los pases, no tenía sentido posicional ni táctico sobre el campo, y en la tribuna los aficionados se preguntaban quién era aquel tronco africano que se movía sin dirección alguna y se tropezaba con el balón en los pies. En el banquillo, un arrepentido Souness sacó a Dia en el 85’, sin dejarlo siquiera acabar el partido (derrota 0-2 para los “Saints”). IVUn día después del partido, Ali Dia desapareció de los entrenamientos del Southampton y nadie lo volvió a ver jamás. Souness investigó mejor y se dio cuenta de que lo habían estafado. Ali Dia no era primo de George Weah (¡¿un primo que ni siquiera es de la misma nacionalidad?¡), nunca había jugado en el PSG ni en su selección, es más, no jugó un partido de futbol profesional en su vida. Sobra decir que Weah nunca hizo una llamada a Southampton para recomendar a ningún familiar suyo. Aún ahora, no se sabe quién fue el bromista que decidió hacerse pasar por Weah, colar a Ali Dia y permitirle a aquél jugador amateur disputar un partido profesional, el sueño de miles y miles de aspirantes y soñadores que nunca pudieron alcanzar. En Southampton hoy recuerdan con cierta simpatía al impostor (”Ali Dia is a liar”), y el senegalés, tiempo después, aseguró que todo fue un malentendido y que no mintió intencionalmente.