1.- El Festival de Cabaret Guadalajara. El mejor teatro de nuestra ciudad (sus dramaturgias mexicanas de los noventa, sus agitaciones narratúrgicas de los dos miles, su amor por Veroneses y Mouawades, su circo y su danza y su clown) ocurre luego de que algo provoca a los artistas locales y se ponen a explorar. El cabaret es un género antiguo, pero recuperarlo fue una de las mejores ideas que los teatreros tapatíos tuvieron durante los últimos veinte años: es canijo y aventado, y puede ser bastante simplón, pero en general es divertido, refrescante y crítico cuando procede de la documentación rigurosa. El grupo Perspectiva Escénica estrena hoy viernes 12 la segunda edición de este festival, y trae a la ciudad a cabareteros chilangos y potosinos que trabajan con públicos como los niños y sus familias. Es fácil esperar más cabaret en la ciudad para los próximos años. La cartelera está en la fanpage Festival de Cabaret Guadalajara. Las funciones gratuitas piden tan solo que uno se forme por su boleto una hora antes, en la taquilla correspondiente.2.- La programación de Jalisco de Iguales. Más allá de que resulte políticamente correcto promover la idea de igualdad (contra la ofensiva idea de que hay que combatir algo que sus críticos llaman “ideología de género”), es del todo lógico que el teatro se ocupe de visibilizar la discriminación, la búsqueda de justicia y la socialización de mejores formas de convivencia. Ya en plan chairo, de hecho, cuesta trabajo imaginar un teatro de la “ideología de género”, pero qué experimento tan interesante sería que este arte, que pretende que nos veamos a nosotros mismos, favoreciera un mejor diálogo entre opositores. Como sea, a la cartelera de Jalisco de Iguales le queda todavía un espectáculo más en julio y, dicen por allí, no hay que perdérselo: “Beautiful Julia” de Los Endebles, de la Ciudad de México, el domingo 21 a las 20:00 horas en el Teatro Alarife Martín Casillas. La información está en los canales de Cultura Jalisco.3.- Si un monólogo es difícil, uno basado en una novela es mucho más. La notable adaptación que Verónica Bujeiro hizo de “La fila india”, de Antonio Ortuño, exige un enorme esfuerzo de la actriz Gabriela Escatel y su grande equipo de compañeros para un montaje que mantenga el interés del espectador, más allá de su aparato escénico: hay que hacer y no solo relatar. Por más que “La fila india” teatral sea sobre todo narrativa, conviene abrirse a su reclamo, en estos tiempos en que hablamos de migración con miedo, con enojo y con prejuicio.Estudio Diana, viernes 12 y 19 de julio, 20:00 horas.Todas las carteleras: agoragdl.com.mx