Mientras el país estaba atento en la carrera contrarreloj para negociar con el gobierno de Donald Trump y parar a como diera lugar un daño monumental a la economía por los aranceles arbitrarios, otras agendas avanzaron en la sombra. Agendas que, por cierto, son de interés directo para el jalisciense promedio, como la lucha contra la violencia y la inseguridad.El gobernador Enrique Alfaro Ramírez había confirmado su presencia en Tijuana, para acompañar al presidente Andrés Manuel López Obrador en su manifestación por la dignidad de México frente a los caprichos de Trump. Pero el viernes por la noche el tema se arregló y el mandatario avisó que mejor no iba, que se quedaba a preparar una reunión del gabinete de seguridad, con la visita de Alfonso Durazo incluida.¿Hizo bien Alfaro? Seguro habrá opiniones a favor y en contra, pero este lunes confirmó que gracias a la estrategia de cooperación con el Ejército Mexicano y las fuerzas federales, se ha conseguido una reducción significativa en los delitos que nos azotan todos los días.Los homicidios son por mucho los delitos que más se lamentan. Pero los robos a las personas, a sus autos, a sus casas y a sus negocios, son como esas heridas que no ponen en riesgo la vida, pero duelen muchísimo e incapacitan para llevar una vida normal. Pues también en esos delitos hubo disminución, según anunció el gobernador.Veamos los números para medir el beneficio… o mejor dicho, la reducción del perjuicio: en mayo hubo cuatro mil 659 delitos patrimoniales, la cantidad más baja desde noviembre de 2017. Redujeron siete de los ocho delitos patrimoniales que se miden desde finales del año pasado: robo de auto particular, robo a los negocios, robo en casa habitación, robo a las personas, robo de vehículos de carga pesada, robo a usuarios de cajeros y bancos, y finalmente, robo de motocicletas. En palabras de Alfaro Ramírez bajó el promedio diario de delitos patrimoniales por mes, si mayo se compara con los siete meses anteriores.¿Buenas noticias? Definitivamente. Es irrazonable regatearlo cuando las cifras lo demuestran.¿Y qué pasó con los asesinatos? Todos los días, en Tlaquepaque, Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tonalá, Ixtlahuacán, se reportan agresiones a balazos, hallazgos de cuerpos sin vida, un aumento real de la violencia. Muchos de esos actos pueden atribuirse a los criminales organizados, pero otros tantos también son cometidos por personas que en condiciones normales, quizá no hubieran llegado a matar.Se informó que si en noviembre de 2018 hubo 230 muertes por homicidio, en mayo fueron 188, esto es 42 muertes menos. En un comentario que se antoja fuera de lugar, el gobernador dijo que si se descontaran los cuerpos hallados en fosas clandestinas, mayo sería el mes con menos asesinatos. Pues sí… pero las personas en las fosas no pueden clasificarse en otro apartado.A veces, es positivo aplaudir los logros pequeños, esos que construyen paso a paso. Sí bajó la incidencia de delitos. ¿Pero eso garantiza que en junio, julio u otro mes seguiremos con tendencia a la baja? La verdad es que ni el gobernador, ni alcaldes, ni el mismo secretario Durazo pueden hacerlo.Hay que seguir en la brega.