Del que fuera jefe político en Jalisco y en la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla López, circula en las redes y en los chats lo que se presume es su documento póstumo. Ningún familiar directo del ex rector de la Universidad lo acredita, pero tampoco han hecho lo contrario.Del gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, circula también su carta sobre el tema universitario. Reitera su disposición a restablecer el diálogo (roto en agosto de 2021) y ofrece negociar para que la Universidad alcance nivel de excelencia, ofrezca prestaciones y dé resultados en materia de educación pública.El mensaje del mandatario fue respondido, puede decirse, de manera inmediata. El autor de la respuesta es Ricardo Villanueva, rector de la UdeG, y en buena medida heredero de Raúl Padilla.En este espacio nos queda claro un hecho: el propósito que puede cumplir Ricardo Villanueva Lomelí tiene que ver con su tarea, la de ser rector, y al margen de la desaparición de Raúl Padilla, su misión es concluir su periodo garantizando que la Universidad continúe autónoma y renueve su rectorado por la decisión exclusiva de quienes son miembros del Consejo General Universitario.Ricardo Villanueva, de manera natural, es un potencial candidato para las elecciones del año 2024. Puede ser aspirante tanto a la gubernatura de Jalisco como a una presidencia municipal, muy probablemente la de Guadalajara. Pero su primera tarea después de la muerte de Padilla López es encabezar el encuentro entre los liderazgos universitarios, llevar a la institución por el camino de la conciliación y evitar el surgimiento de un conflicto muy probable: el que se desate por parte de quienes se sienten sucesores de Raúl Padilla.En la entrega anterior de Palestra 20 puntualizamos que la Universidad se encuentra ya en una etapa de sobreponerse a los liderazgos únicos. Se hizo hincapié en que la pregunta NO ES, ¿quién sigue después de Raúl?, sino más bien, ¿cómo acordamos ahora la gobernabilidad de la Universidad?La UdeG, como bien dice Ricardo Villanueva en su comunicado que responde al del gobernador de Jalisco, es la mejor universidad pública estatal del país. Pero tras la desaparición del líder que tuvieron durante más de tres décadas, es fácil que ahora se confronten por continuar con el mismo modelo.En política, se sabe desde siempre, no puede haber espacios vacíos. En cuanto un poder desaparece, otros querrán ocupar su lugar.La influencia del gobernador de Jalisco es amplia. No es que sea su intención, pero de forma natural su círculo de influencia intentará ocupar lo que dejó en el vació la muerte de Padilla López.Al margen de los eventos que se sucederán con toda rapidez, lo que sí puede hacer el actual rector antes de resolver su proyecto personal, es entregarle a los dirigentes universitarios una institución independiente y con miras a enfrentar sus mayores retos en el presente siglo: el desarrollo tecnológico, el cambio climático, la sequía que se agrava, la desigualdad social y particularmente, el reto que lanzan los proyectos totalitarios y regresivos, al modelo democrático y liberal del que nuestra sociedad surgió desde el siglo pasado.