Domingo, 24 de Noviembre 2024
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Alfaro: maneras de hacer agua

Por: Diego Petersen

Alfaro: maneras de hacer agua

Alfaro: maneras de hacer agua

El pez por la boca muere; los políticos también. Ambos mueren por lanzarse sobre la carnada sin pensar en que detrás está el anzuelo. 

El gobernador Enrique Alfaro está siendo víctima de sus dichos. Todo lo que dijo sobre la construcción de la presa de Zapotillo, sobre la gestión del agua en gobiernos anteriores, hoy se le revierte. Está enganchado en el anzuelo de sus propias palabras. Cuando tuvo la oportunidad de apoyar e incluso, por el poder que tenía, de gestionar soluciones de largo plazo de agua para la ciudad, prefirió el aplauso, lo que políticamente le convenía, o creía que le convenía, porque le daba popularidad. Hoy la crisis de agua no sólo se ha convertido en un problema de su administración y en un riesgo electoral sino en un problema de gobernabilidad. Es, pues, en muchos sentidos, una crisis autoinfligida.

Todo lo que dijo sobre la construcción de la presa de Zapotillo, sobre la gestión del agua en gobiernos anteriores, hoy se le revierte

Hoy el gobernador demanda que no se politice el tema del agua, cuando él lo politizó; pide un apoyo político, que el no quiso dar; demanda que se acote la discusión a sus términos, cuando él se apoyó en esos argumentos para oponerse a las mismas políticas que hoy propone; quiere que el gobierno federal tome las decisiones que él no ha querido tomar.

En la gestión del agua Enrique Alfaro no ha sido más irresponsable que otros gobernadores, pero tampoco menos. La diferencia estriba en que cada año que pasa el costo es mayor. Si hace seis años uno de cada cinco habitantes de la zona metropolitana no tenía un servicio de agua potable permanente y confiable, pues se surtían de pozos inestables y no potabilizados o incluso pipas, hoy hay zonas adscritas al SIAPA que tienen problemas de abastecimiento y de calidad. En síntesis, el problema es mayor y el margen de maniobra mucho menor.

Insistir en la culminación de la presa de Zapotillo y el sistema de bombeo del Purgatorio no parece ya una salida viable. No en sí misma. Ya no es sólo un asunto técnico y medioambiental, sino fundamentalmente político. Cualquier decisión que se tome hoy en torno al agua para Guadalajara debe contemplar una visión regional, de manejo de cuencas y no sólo de tubos, pozos y presas. La solución, la que sea, tendrá que ser construida desde abajo, con los usuarios del campo y la ciudad, y no sólo con técnicos del agua, cúpulas empresariales y universitarias. Hoy cualquier política de agua que se precie de serlo deberá contemplar todas las pequeñas soluciones y no una sola y única visión. 

La política hidráulica de Alfaro está haciendo agua. Seguir la misma ruta que sus antecesores, esa que él, con razón o sin ella, tanto criticó, lo llevará irremediablemente al mismo destino, y a nosotros con él.

diego.petersen@informador.com.mx

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