Dejando la historia y reflexionando sobre lo escrito con anterioridad sobre los acueductos, es definitivo que el grado de desarrollo de una sociedad se mide de muchas maneras, pero a lo largo de la historia, las infraestructuras del agua se han mostrado como un gran indicador al respecto. Una sociedad que domina el agua es una sociedad desarrollada. Una sociedad sin agua es una sociedad en camino de desaparecer.En México se han construido una buena cantidad de acueductos, acueductos para la ciudad, acueductos para el riego, acueductos para la posterior generación de energía, etcétera, pero sólo los que tienen arquería son visibles a los ojos del público, a continuación algunos de los más importantes:El acueducto de Querétaro, es una monumental edificación actualmente de 74 arcos que alcanzan una altura promedio de 28.5 m y una longitud de 1,280 m. Este acueducto es símbolo de la ciudad de Querétaro, una de las más grandes arquerías de MéxicoEl acueducto El Saucillo es un puente caminero y acueducto construido entre 1732-1738 en el municipio de Huichapan en el Estado de Hidalgo.El acueducto del Padre Tembleque o acueducto de Tembleque, es la obra de ingeniería hidráulica más importante, con 45 kilómetros de longitud construida durante el virreinato de la Nueva España en el continente americano; tuvo la finalidad de conducir agua a los pueblos de Otumba y Zempoala, en el Estado de México, así como a otras poblaciones ubicadas en su trayecto.El acueducto de Morelia es uno de los acueductos más bellos e importantes de México localizado en la ciudad conocida entonces como Valladolid, y ahora como Morelia, Michoacán. Levantado durante el periodo colonial.Y en Guadalajara, el oficialmente llamado “Puente-Canal Porfirio Diaz”, que actualmente cruza la Avenida Montevideo en su intersección con la Avenida. Pablo Casals, en la colonia Providencia de esta ciudad.Los acueductos, su infraestructura, se hace necesaria cuando la ubicación de la ciudad no resuelve por sí misma la dotación de agua suficiente y es necesario traerla por medio de uno o varios acueductos.Se intentó fundar Guadalajara en tres ubicaciones distintas, antes de encontrar su actual lugar. La falta de agua, entre otros factores, fue una de las causas de los cambios de lugar, la actual y definitiva ubicación, la cuarta, contaba con arroyos y manantiales suficientes para desarrollarse en sus principios y hasta que fue necesario hacer obras de infraestructura hidráulica en el siglo XVIII la ciudad se abastecía de pozos o norias.Las primeras obras de infraestructura hidráulica requirieron de un experto, para lo que se invitó (1731) a participar con su experiencia a Fray Pedro Antonio Buzeta, legó de la orden de los franciscanos y maestro de arquitectura. Su experiencia se basaba principalmente en lo que había hecho para dotar de agua a la ciudad de Veracruz.Las galerías filtrantes, la propuesta de Fray Pedro Antonio Buzeta, en 1730-1740, captaban el agua subterránea en puntos estratégicos para luego distribuirla hacia la ciudad con diversas obras de conducción y almacenamiento y de estas cajas de almacenamiento a las redes primarias de distribución.A finales del siglo XIX Guadalajara contaba con cerca de 100 mil habitantes y por su acelerado desarrollo pronto sobrepasaría esa cantidad por lo que el gobernador, Luis C. Curiel, entre los años 1898-1901, adquirió una serie de propiedades particulares y del fundo legal de Zapopan que tenían abundantes manantiales en la zona actual y en la periferia del parque de Los Colomos, con el objeto de asegurar la provisión de agua a la ciudad.*El Arquitecto Leopoldo Fernández Font es Académico Emérito de la Academia Nacional de Arquitectura y miembro del CTC (Consejo Técnico Ciudadano).