A diferencia de las descalificaciones que hizo el año pasado del trabajo de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y de su titular David Colmenares Páramo cuando se dieron a conocer las observaciones a la Cuenta Pública del 2019, la primera del gobierno de la autollamada cuarta transformación, ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador tomó con mucha calma los 49 mil 765 millones que le observó la ASF en la Cuenta Pública del 2020, y se limitó a decir que se irán aclarando todas las “irregularidades” señaladas, ya que según él en su gobierno ya no hay corrupción.Nada que ver con el enojo que le causó que la ASF sostuviera el año pasado que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) costó al gobierno mexicano 232 por ciento más de lo que se había calculado al llegar a los 331 mil 996 millones de pesos, y no los poco más de 100 mil millones de pesos contemplados inicialmente. Les reclamó estar dando información errónea y “exagerada” que estaba siendo aprovechada por sus adversarios políticos, por lo que tendrían que salir a corregir para “no prestarse a esas campañas” en contra de su gobierno, y días después fue citado Colmenares al Congreso por la mayoría morenista para que compareciera.Todas esas presiones surtieron efecto. De hecho ayer el Presidente se jactó de cómo la ASF tuvo que corregir y fijar en 113 mil millones de pesos el costo de la cancelación del NAIM.Las observaciones de la ASF de la cuenta 2019 a la 2020 disminuyeron también considerablemente. Pasaron de los 67 mil millones de pesos por gastos no aclarados en diversos programas como los servidores de la Nación, en Jóvenes Construyendo el Futuro, en la Secretaría de Cultura, la Conade, el Capufe, y el Tren Maya, a menos de 50 mil millones de pesos y los montos observados en las obras insignia de la 4T, como el Aeropuerto de Santa Lucía, la refinería Dos Bocas y el Tren Maya fueron mínimos. No llegaron siquiera al uno por ciento de lo ejercido pese a toda la opacidad en la que se construyen. Nada de las empresas fantasma que se denunciaron en investigaciones periodísticas en la obra de la nueva terminal aérea. Sin duda sería una buena noticia que la reducción de las observaciones de la ASF al gobierno federal se deba de verdad un mejor y honesto manejo de los recursos públicos; por el contrario, sería contraproducente y sumiría más al país en la corrupción y la impunidad si se debe a una Auditoría alienada y que se doblegó ante la embestida del poder presidencial el año pasado.jbarrera4r@gmail.com
